Carmen Herrera ha vuelto a lograrlo. A sus 37 años de edad -el próximo día 26 cumple 38-, esta judoca que posee el título de Hija Predilecta de Alhaurín de la Torre o la medalla de oro de la Real Orden al Mérito deportivo, concedida en 2009 por lo Reyes de España, ha logrado en Londres su tercer oro olímpico, después de los éxitos cosechados tanto en Pekín 2008 como en Atenas 2004.

El palmarés de esta malagueña es extraordinario. Prácticamente ha alcanzado todos los retos deportivos que ha perseguido. Fue también oro en los Juegos Mundiales para Ciegos y Deficientes Visuales 2011 o campeona mundial en Brasil 2007. Incluso antes de que el judo entrara en el programa paralímpico, Herrera obtenía la medalla de plata en el Mundial de Roma 2002.

Este pasado sábado hizo una vez más fácil lo difícil. En su categoría de menos de 70 kilos, tuvo que doblegar en la final a una rival bien conocida, su amiga Tatyana Savostyanova. La rusa intentó plantar cara a la favorita, pero no pudo evitar caer por ippon, tras dos waza ari. La malagueña, que está totalmente integrada en las competiciones para deportistas sin capacidad, tuvo en el camino que doblegar también a la mexicana Lenia Ruvalcaba, a la que hace ahora cuatro años le arrebató el oro en tierras chinas. Y en semifinales también venció, en un nuevo combate muy disputado, ante la judoca china Qian Zhou.

«Haber llegado a la final ha sido muy complicado», aseguró la malagueña después de proclamarse como tricampeona olímpica -ninguna otra deportista ha podido obtener en su categoría al menos una presea de oro, debido a que ella ha acaparado el escalón más alto desde que esta disciplina es paralímpica-. «Soy una persona muy combativa y desde que salgo lo doy todo. Mi experiencia me ha servido», manifestó, al tiempo que agradecía la presencia de la Infanta Elena en la ceremonia de entrega de las medallas. «La familia Real ha estado siempre apoyándonos. No me lo esperaba», apostilló esta alumna aventajada del técnico Francisco Rodríguez.

Carmen Herrera es un ejemplo de superación para todo el deporte malagueño y, por extensión, andaluz y español. Además de presentar un palmarés casi insuperable, basado en un entrenamiento intensivo y diario, también dedica parte de su agenda a la informática. Su formación en la Universidad de Málaga, en cuyas instalaciones deportivas suele ejercitarse, la comparte también con su pasión por las artes plásticas, la música y la lectura.

De momento no se plantea fecha alguna para su posible retirada. Quiere continuar con su trabajo y ya verá más adelante si se encamina hacia sus cuartos Juegos Paralímpicos, que serían los de Río 2016. «Es muy lejos. No sé si preferiré centrarme en otras cosas durante los próximos años». Siempre se ha caracterizado por analizar el estado en cada momento de su cuerpo y seguro que sabrá elegir el instante adecuado para poner fin a su trayectoria en el judo.

«Sé cómo funciona mi cuerpo y mi mente. Una final, por ejemplo, la llevo de una forma natural, como parte de una competición que es una hora de espera y cinco minutos de la máxima intensidad física. Eso supone mucha concentración y entrenamiento. En cualquier caso, aunque nunca se vio como clara favorita a este nuevo oro, sí que «deseaba» hacer historia. «A la gente a la que admiraba cuando empezaba eran los chicos del equipo nacional que iban a Barcelona y Atlanta; y se me metió la cosa de que algún día pisaría un tatami olímpico y lo he pisado tres veces».

Sus principales temores ante la cita londinense partían de algunos contratiempos del pasado Europeo: «No soy como Bolt que salta a la pista y se come todo. Necesito preparar las cosas, entrenar muchísimo, tener la mejor puesta a punto para llegar en la mejor forma de mi vida y no siempre lo consigo. Pero cuando llega el momento de los Paralímpicos sé que tengo que hacerlo, aunque me duela el cuerpo, tenga que viajar mucho, dejar a mi gente y vivir en la Blume. Esto son los Juegos, lo máximo a lo que puede llegar un deportista», aseveró.

Victoria «malagueña» en fútbol sala

La selección española de fútbol sala para ciegos, comandada por tres grandes jugadores malagueños, consiguió ayer su primera victoria en el torneo de los Juegos Paralímpicos de Londres. En el triunfo por 2-0 a Irán volvió a brillar sobre el resto del combinado nacional Antonio Martín Gaitán, pero también hacen piña en este equipo los también malagueños Alfredo Cuadrado y Marcelo rosado.

El nueve malaguista del combinado nacional demostró por qué está considerado como uno de los mejores jugadores del mundo en la actualidad. Logró los dos goles, que se unen al marcado en el empate ante Gran Bretaña, donde además falló un penalti, por lo que su gran partido le sirvió de revancha.

De este modo, España, bronce en Atenas 2004 y cuarta en Pekín 2008, deberá esperar todavía al resultado del partido entre los anfitriones y Argentina para conocer qué combinación le metería en las semifinales de cara al cierre ante los albicelestes, en la reedición de la pelea por el tercer y cuarto puesto de hace cuatro años, decidida de forma fatídica en los penaltis.

La subcampeona de Europa y del mundo en 2011 dominó el choque, y casi siempre mantuvo a raya a Irán, que por su parte no fue capaz de controlar a Martín, que agarró dos balones en la esquiza izquierda y firmó dos sensacionales eslalon cuyos disparos acabaron en gol y ovación de los espectadores del Riverbank Arena.

Los iraníes, donde Sha Hosseini, era su jugador más peligroso, tuvieron su ocasión en una falta lanzada por Zadali que se marchó fuera.

Irán salió más incisiva en la segunda mitad, y pudo recortar distancias en una buena jugada de su capitán, Rajab, pero su disparo cercano lo sacó hábilmente Álvaro. Sin Antonio Martín, España fue menos peligrosa, y su guardameta fue su mejor aval. El equipo asiático fue mejor en esta parte, y gozó de ocasiones para poner emoción al choque, pero los de Pablo Salazar aguantaron y se llevaron finalmente la victoria.

Otros dos malagueños forman parte de la expedición paralímpica a la capital británica, Carlos Soler, que es el único español que compite en la modalidad deportiva del esgrima en silla de ruedas, y Edgar Quiros Baltanas, que buscará la gloria olímpica en la piscina que acoge las pruebas de natación. f. e. málaga