No era el primer día de clase ayer en el Martín Carpena. El Unicaja lleva ya entrenándose un mes, entre pruebas físicas, test médicos y controles de esfuerzos. Tres semanas en el parqué, con un «profe» interino, Curro Segura. Pero ayer era el día marcado en el calendario para que el nuevo profesor hiciera acto de presencia en la clase y se presentara a los alumnos, casi todos nuevos como él. Jasmin Repesa, entrenador en jefe del Unicaja para esta temporada y con opción a un segundo curso, pronto enseñó sus cartas: trabajo, trabajo y trabajo.

Discípulo de la escuela balcánica, Repesa no va a dar concesiones durante sus primeras semanas en Málaga. Va a marcar una línea exigente desde el principio. El que la traspase tendrá problemas. Para el que le siga todo irá sobre ruedas. Exigente, meticuloso y activo, muchísimo. Así se mostró el coach ayer, en su primera toma de contacto con sus hombres. Tres palabras reiteró, una y otra vez, tres fueron las órdenes más repetidas en la doble sesión de trabajo de ayer: «Rapidez, intensidad y concentración».

Se entrena como se juega. Y el croata de origen bosnio pide a sus hombres rapidez en cada acción del juego, la máxima intensidad y entrega y un nivel de concentración elevado durante el trabajo. Así entiende él este juego y así quiere que sus hombres lo expresen en el parqué en cada partido.

Llegó a las diez de la mañana y a las 10.15 horas tuvo una reunión con la plantilla, incluidos los cuatro «niños» (Alberto Díaz, Luis Conde, Dejan Todorovic y Maodo Nguirane), junto a su cuerpo técnico. Habló en inglés y tras presentarse de nuevo -ya les conocía de su anterior viaje a Málaga- comenzó la acción. Casi media hora de vídeo para repasar los errores y aciertos de la final de la Copa de Andalucía ante el Cajasol.

El grupo, dividido en dos. Tras la charla se pasó a la acción. Repesa dividió al grupo en dos. Los cuatro «niños» junto a Augusto Lima y Zoran Dragic, por una parte; y los veteranos por otra, Calloway, Williams, Urtasun, Gist, Fran Vázquez y Perovic. Mientras un grupo se quedó en la pista con Repesa y sus ayudantes, el otro se marchó al gimnasio para realizar preparación física junto a Enrique Salinas, el preparador físico. Tras 45 minutos hubo cambio, así que los que estuvieron en el parqué se fueron a levantar pesas y viceversa. Con el croata hubo mucho trabajo táctico y de sistemas. Y quedó patente que a partir de ahora en el Martín Carpena habrá de todo menos silencio.

Su voz, ronca, emana con fuerza de un cuerpo de casi dos metros. Habla con intensidad y pasión. Y siempre grita pidiendo y exigiendo. Frases cortas, a veces palabras. «Intensidad, concentración, rapidez, precisión».

Después de tres horas de paliza matinal, el equipo se fue a descansar y quedó citado para una segunda sesión a las 18.00 horas. Y lo que les esperó por la tarde fue otro palizón. Calentamiento, tiros a canasta y luego más carga táctica. Dos contra dos, tres contra tres y cuatro contra cuatro. Ideas que deben ir calando, movimientos que deben ser automáticos pronto, conceptos que ir adquiriendo. Hasta las 20.30 horas en el Carpena. Y los jugadores comenzaron a salir pasadas las 21.15.

Repesa tiene tres semanas por delante para hacerse con las riendas del grupo. Hoy hay planeada otra doble sesión y será presentado a las 13.00 horas, entre una y otra. Esta semana sólo hay un partido previsto, en Córdoba ante el Murcia, el viernes por la tarde. Y después, la plantilla se concentrará en Viella (Lérida) durante casi 10 días.

Repesa le ha pedido al club una vivienda próxima al Martín Carpena para estar cerca del Palacio, donde pasará muchas horas. El croata tiene la intención de dirigir a su selección en el Europeo de Eslovenia en 2013, tras clasificarla durante este verano. Para eso aún queda.