­La vida cambia para el Unicaja. La asamblea de la Euroliga asestó el miércoles en Estambul un duro golpe en la línea de flotación del club. Su idílica situación, dentro del selecto club de los equipos con Licencia A en la mejor competición continental, ha dado un brusco giro. A peor. La decisión de la asamblea de rebajar de cuatro a tres las Licencias A que gozaba la Liga ACB repercute en la entidad malagueña, que pierde su actual y ventajoso estatus.

Desde 2009, tras una reunión en Vitoria con los 14 mejores clubes de Europa, el Unicaja pasó a ocupar un lugar de privilegio, que ha levantado fuertes envidias en otros clubes y ciudades de la ACB y que le ha mantenido, en las buenas y en las malas, en la Euroliga. El trabajo en los despachos hace ya casi una década compensó los malos últimos años que ha tenido el equipo en las pistas, donde ni pisaba Copas del Rey y tampoco ha disputado con regularidad los play off por el título.

Después de dos trienios de vinos y rosas, los rumores del último año se ejecutaron en la asamblea del pasado verano de 2014 en Barcelona. La Euroliga decidió privar a la ACB de una de sus cuatro Licencias A. La «board» de la Euroliga, donde ocupa una plaza el Laboral Kutxa, elaboró unos nuevos criterios para mantener la Licencia A, de los que ayer informó puntualmente La Opinión. El gran perjudicado de los clubes españoles es el Unicaja, que anteayer recibió un empujón apartándole de los 12 privilegiados del baloncesto europeo.

Ha sido, además, inesperado. La propia Euroliga frenó en seco durante el curso los cambios aprobados en Barcelona, con una competición piramidal, con ascensos y descensos con la Eurocup. La falta de consenso propició que esta nueva idea se pospusiese para el curso 2016/17. Los clubes españoles hicieron piña. La unión hace la fuerza y a la ACB le interesaba, por un tema puramente logístico y de fuerzas de poderes, mantener a cuatro equipos con Licencia A. Al propio Unicaja se le comunicó que todo iba encauzado a mantener el actual sistema, retrasando la disminución de licencias para la siguiente temporada.

Sin embargo, la Euroliga y los fuertes intereses creados han apartado a un lado al Unicaja, el equipo español con peor puntuación para mantener su Licencia A, según unos baremos interesados que aprobó, entre otros, el Baskonia.

El Unicaja, que con tanta maestría ha sabido jugar sus cartas estos años, aguantando en Euroliga mientras se desangraba y quedaba noveno en la ACB, no ha sabido reaccionar ante el problema que se le venía encima. Y, contra lo que se le había avanzado, se le ha arrebatado la golosa Licencia A.

Ahora se abre un nuevo periodo. La seguridad y el respaldo con el que se ha vivido hasta ahora ya no existe y da paso a una época de mayor incertidumbre, donde únicamente primarán los méritos deportivos. Ésta es, sin ninguna duda, la peor noticia que el Unicaja podía recibir.

Su Licencia A ha sido una llave maestra que le ha mantenido en un estatus privilegiado, en todas las parcelas: deportiva, publicitaria, márketing, posicionamiento, juego de poderes, capacidad para fichar a jugadores...

Todo eso se disipa ahora. Claro que no es el fin del mundo, pero el Unicaja se ve abocado a competir sí o sí y año a año en la ACB para lograr una Licencia B, la que la Euroliga «reparte» a los campeones de cada Liga. En caso del Unicaja deberá quedar por delante de los demás equipos españoles sin Licencia A. O sea, que deberá quedar por delante de ellos en la clasificación de la Fase Regular y después igualar la ronda del play off que cualquiera de sus rivales sin Licencia A, ya sea Bilbao, Valencia, Joventut o Gran Canaria, por citar a los equipos que ahora ocupan una de las ocho primeras plazas ligueras, al margen de Madrid, Barça y Laboral Kutxa.

A partir de ahora, será condición sine qua non estar en lo más alto de la ACB, con la presión añadida de no permitirte un mal play off ni una eliminación inesperada, porque el resultado sería... la Eurocup.

También está descartado continuar en la elite continental a través de una wild card. Sin embargo, la propia Euroliga informó ayer oficialmente de que sus cuatro invitaciones -cifra récord dentro de la competición- serán repartidas «prioritariamente» para equipos de Ligas en expansión y con son «mercados estratégicos» como Turquía, Francia y Alemania. La cuarta y última será para el Reino Unido, siempre que aporte un club con «una estructura competitiva». Ésta es la única rendija, el resquicio al que puede agarrarse en este momento el Unicaja si quiere «soñar» con la opción de la Euroliga en caso de tropiezo en la Liga Endesa.

La imposibilidad de tener una Licencia A causará perjuicios en una entidad que ha estado presente en las 15 últimas Euroligas y que lleva, consecutivamente, plantándose en el Top 16 del torneo toda una década. Diez años en los que han venido a Málaga los mejores jugadores del Viejo Continente. Entre otros motivos, porque el Unicaja era un fijo en el torneo, algo que es un plus para cualquier deportista.

El club ha utilizado su Licencia A para fichar, especialmente en esta época del año. El Unicaja es consciente de que debe adelantarse en el mercado a equipos más poderos económicamente. Y la baza de saber en el mes de mayo que, sí o sí, vas a estar en la Euroliga ha sido un arma usada en negociaciones como las de Luka Zoric o Mindaugas Kuzminskas, por poner sólo un par de ejemplos.

Ahora toca esperar a que en julio la Euroliga ponga nombre y apellidos a las tres Licencias A de la ACB. Extraoficialmente se sabe que serán para Real Madrid, Barcelona y Baskonia. De aquí a entonces será obligatorio hacer los deberes en la Liga, pasando, como mínimo, a «semis». Y después, a esperar...