Un pedacito del oro conquistado por la selección española de baloncesto en el Eurobásket ya está en Málaga. Lo ha traído Ángel Sánchez Cañete, técnico ayudante, que con su labor de «scouting» y asesoramiento técnico en el banquillo, ha puesto su granito de arena para que esta generación de oro del baloncesto español tenga aún más brillo. Ángel lleva toda la vida en el Unicaja y debutó con la selección en el Eurobásket de Estambul de 2001, con una medalla de bronce, con Javier Imbroda al mando. Hizo historia en el Mundobásket de Indianápolis, en el que la selección logró la gesta de derrotar a Estados Unidos, aunque se quedó sin medallas. Y acabó una primera etapa de colaboración con la Federación Española en el Eurobásket de Suecia 2003, donde España se colgó al cuello la medalla de plata, con Moncho López. Tras un periodo de descanso veraniego, Cañete se ha reenganchado a la selección. Sergio Scariolo se acordó de él, el Unicaja dio el visto bueno y el técnico ha aportado sangre malagueña, junto al doctor Carlos Salas -antes en el Unicaja y desde hace dos temporadas ahora en el Real Madrid-, para la consecución de la medalla de oro en este Eurobásket.

La labor de Cañete es de las que no se ve a simple vista. De hecho, ni siquiera se ha sentado en el banquillo, por falta de licencias. «Mi labor es avanzar en el trabajo de análisis de futuros rivales. Analizo los partidos que están por venir y luego se estudian ya en grupo», explica. Vivir esta experiencia ha sido algo único para Cañete, que ha trabajado junto al «extraterrestre» Pau Gasol o que ha conocido al Rey Felipe VI. «No es por menospreciarle, pero fue uno más. El que tiene la fortuna de compartir el vestuario con este equipo se convierte en uno más de la familia. Me hizo incluso más ilusión conocer a Rafa Nadal. Me hice una foto con él», comenta.

«Trabajar con Pau Gasol es muy fácil. Es sencillo, muy fácil. Cuando llegó el primer día ya habíamos arrancado la preparación y yo le explicaba lo que habíamos hecho, él me corregía a mí. Es muy inteligente, en todos los aspectos. Se hace muy fácil trabajar con él», dice el paleño, que explica cuál fue la clave de esta selección. «Cuando Pau expuso, algo que era obvio, que este grupo tenía menos talento, él lo remarcó internamente. Si no tenemos el talento de antes hay que hacer otras cosas para competir al más alto nivel. El verdadero éxito del equipo fue tomárselo todo como una final desde Islandia. Eso hizo crecer al equipo para llegar en los momentos de la verdad, en los cruces, en un momento muy dulce, porque esa presión estaba entrenada ya y la habíamos pasado ante Islandia o contra Alemania», recalca.

Durante el propio Eurobásket y, especialmente, tras los triunfos en semifinales ante Francia y en la finalísima con Lituania, las llamadas y apoyos de ánimo no han dejado de llegarle. «He tenido muchas llamadas. Son muchas, tantas, que tengo por contestar. No me ha dado tiempo a contestar mensajes, llamadas, mensajes por redes sociales. Ahora estoy como una hormiguita, contestándolas una a una, cuando saco tiempo. Es que he llegado y me he puesto a trabajar ya con el equipo -el Unicaja-. Ya sabéis que tengo casi siempre el móvil en silencio porque tengo mucho trabajo. Las llamadas más ilusionantes son siempre las de la familia... ¡y la cantidad que he recibido! Es increíble y me doy cuenta del impacto que ha tenido lo que ha hecho la selección en el Eurobásket».

Cañete ya ha comenzado a pensar en verde. Lleva escasas horas en Málaga, tras celebrar con la selección el éxito en Madrid, y ya está al tanto de todo. La Supercopa Endesa ha emparejado al Unicaja con el Real Madrid, en las semifinales de la competición, el viernes día 2 de octubre a las 21.30 horas. «Creo que el hecho de jugar ya en Málaga supone un punto de motivación, pues imagínate ante el Real Madrid, el campeón de todo. Vamos a tener un punto extra de motivación y de empuje. Poder ganar la Supercopa en Málaga sería un gran punto de remate, conseguir algo en casa puede marcarnos», señaló Ángel Sánchez Cañete, el malagueño que, junto al doctor Carlos Salas, ha hecho historia con el combinado nacional del «casi» malagueño Sergio Scariolo.