La ACB siguió viviendo sorpresas en la última jornada de la Fase Regular, aunque se impuso la «normalidad» en Málaga, en Vitoria, en Santa Cruz y en Santiago de Compostela. El Unicaja cumplió con lo que tenía que hacer, que era ganar al Real Betis Energía Plus. Afinó su puesta final para lo bueno de la competición, los play off. Llega el Unicaja al completo, en un punto óptimo, con el equipo sabiendo a lo que juega. Con Nemanja Nedovic a punto de caramelo y la puntería bien afinada, el apetito intacto a pesar del éxito de la Eurocup y un play off que tiene una pintaza...

Ganó el Unicaja, que significaba mandar al infierno al equipo sevillano. Descendió deportivamente el vecino andaluz, y eso que también cayó el Zaragoza, pero los béticos no estaban para demasiadas remontadas en Málaga. Eso sí, tal y como se presenta el verano, veo a al Real Betis Energía Plus el próximo año en la ACB. Primero porque no está el baloncesto para permitirse dejar sin básket una plaza como la de Sevilla. Porque el canon, mientras la Audiencia Nacional resuelva el contencioso, sigue activado. Y porque la ACB apunta a una Liga de 16, sin ascensos de nuevo, y repescando al cuadro hispalense. Pero no adelantemos acontecimientos...

Lo primero es lo primero. Y lo que viene a partir del próximo fin de semana son los play off. No cambió nada, dijimos al comienzo, en la despedida de la Fase Regular. El Unicaja se deshizo del Betis y le mandó al descenso: 98-89. En Santa Cruz, el Iberostar Tenerife cumplió ante el descendido Manresa: 84-51. Y el Barca, que sabía que ya no dependía de sí mismo, hizo lo que tuvo que hacer, ganar al Obradoiro: 71-76. Y todo esto significa, ni más ni menos, que el Unicaja acaba cuarto. Y, por lo tanto, se medirá al Iberostar, quinto. El play off al mejor de tres vivirá su primer combate el domingo, aquí en Málaga, a las 12.30 horas.

Menospreciar a un rival como el Iberostar, con todo lo mucho y bueno que ha hecho en esta temporada, sería de necios. Tiene un equipo de lo más apañado. Txus Vidorreta ha hecho una temporada primorosa, que le ha puesto en el punto de mira de Barcelona y Valencia, por lo que cuentan. Han jugado, durante buena parte de la temporada, como los ángeles. Han llegado a ser líderes de la ACB y se han coronado en la Champions de la FIBA. Chapeau para los canarios. De matrícula.

Lo que pasa es que ahora mismo, y no quisiera pecar de engreído, no veo a nadie superior al Unicaja en la ACB. Al Real Madrid, y veremos qué ocurre en la Final Four. Los hombres de Joan Plaza han ganado nueve de los diez últimos partidos. Que es una exagerada barbaridad. Y ahora llegan con un puntito que les hace ser el rival más temible posible.

Todo puede pasar en una miniserie a tres partidos. Puede palmar el Unicaja. Y hasta el Valencia puede quedarse sin Euroliga si lo elimina el Barça... Esto es baloncesto. Que se lo pregunten a los Warriors, tras el sopapo que se llevaban anoche al descanso en San Francisco a manos de los Spurs hasta la lesión de Leonard. Luego ganaron, claro. El Unicaja está fino, fino, fino... Lo dicho: nueve de diez.

La victoria ante el Real Betis Energía Plus tuvo poca historia. El Unicaja volvió a ver el aro como una piscina desde más allá de la línea de tres: 16 de 32 (50%). Y cuando metes 16 triples (48 puntos) y con esos porcentajes desde la larga distancia tienes el camino ya trazado.

El Unicaja sabe a lo que juega, cada pieza entiende su rol y cuando Nedovic tiene el balón pasan cosas. Casi siempre buenas para el equipo malagueño. «Nedo» sumó ayer 21 puntos con 5 de 7 en triples. Una exageración su racha, con un par de «bombas» más cerca del túnel de vestuario que de la propia canasta sevillana. El Unicaja bailó al son del serbio, con los puntos en el inicio y en la despedida de Kyle Fogg, de nuevo muy sólido. Con la defensa de Alberto Díaz, y la solidez de Dani Díez (6 puntos, 6 rebotes y 15 de valoración), el Unicaja navegó con viento de cola hasta el triunfo.

Fue duro porque el rival se iba, irremediablemente, por el sumidero. Y con él, un gigante como Carlos Cabezas, historia viva del Unicaja. Y Alfonso Sánchez, el jugador que se supera día tras día. Y con Bernardo Rodríguez en el palco, viendo que «su» Betis no daba para más. Con el dolor redoblado porque en Zaragoza ganaba el Estudiantes. Muy duro lo del club hispalense, sin duda.

El Unicaja llega sin miedos, consciente de lo que se trae entre manos, con el reciente éxito de la Eurocup, sin presión y sin jugadores cargados de minutos. Y con mucho aún por andar. Para que este camino del Eurocampeón sea, eso sí, menos escabroso, el equipo necesita al mejor Musli. Al, como dijo el propio Plaza, que jugó en la serie ante el Bayern Múnich en los cuartos de la Eurocup. Un pívot imperial y referente. Le está costando al serbio. Algo lento, que llega tarde, que no asegura debajo de los aros y, por lo visto ayer, también falto de confianza. Hay que darle jarabe de cariño esta larga semana. Porque el Unicaja, con él, puede ser candidato a absolutamente todo.