Tiene el fútbol la sana costumbre de copiar las cosas que más le interesan del baloncesto. Desde hace mucho tiempo los tradicionales pases de gol han pasado a llamarse "asistencias". También se han puesto de moda últimamente los "tiempos muertos" cuando el calor aprieta, algo inimaginable hace solo unos años. Las estadísticas de cualquier apartado del juego, además, están a la orden del día, al más puro estilo del básket. Todo se contabiliza: pases dados, pases fallados, kilómetros recorridos, faltas recibidas, faltas cometidas, centros al área... Lo último es lo del VAR, una práctica habitual en el deporte de la canasta, con árbitros revisando las jugadas en el vídeo un partido sí y otro también.

La Euroliga, paradigma de la innovación y del espectáculo, debería también mirar al otro lado de la acera y copiar del deporte rey sus cosas buenas. Por ejemplo, su afán por buscar siempre un título más. Y es que el fútbol inaugura cada temporada, a finales del verano, con un partido muy especial entre el campeón de la Champions League y el campeón de la Liga Europa (la Copa de la UEFA de toda la vida). Es la Supercopa de Europa, el trofeo que cierra oficialmente el curso anterior y abre un nuevo año en el orden futbolero del Viejo Continente.

Hoy en el Carpena se juega ese mismo partido, pero en versión baloncestística. Asistiremos en el Palacio a una "Supercopa de Europa" encubierta. No habrá trofeo ni sonará el We are the champions para el vencedor final, pero se citan desde las 21 horas en el parqué del Palacio al campeón de la Euroliga, el Fenerbahce turco, y el campeón de la Eurocup, el Unicaja.

Que las mentes pensantes de la máxima competición continental hayan elegido este duelo para la primera jornada de la Fase Regular me consta que no ha sido algo casual. Unir a los dos campeones continentales la primera jornada parece un acierto que puede convertirse a partir de esta temporada, además, en norma habitual. Pero todavía se puede dar un paso más. Por ejemplo, que en vez de jugarse hoy o mañana, como el resto de la jornada, que se adelante un día y sea cada año el partido inaugural de la Euroliga. Y, ¡por qué no!, que se ponga en juego el primer trofeo continental de la temporada, la Supercopa Europea de Baloncesto. A un partido y en casa del campeón de la Eurocup. Suena interesante. Ahí lo dejo...