No es fácil que una fiesta popular andaluza pueda presumir de estar a apenas dos años de la celebración de su medio siglo de vida. Si encima la localidad que la alberga es una de las de menor renta media de España -menos de 1.000 euros brutos mensuales por habitante, como recogía un reciente informe-, estamos casi ante un auténtico milagro.

Para posibilitar el reparto gratuito de unos 2.000 litros de ajoblanco, hasta un centenar de personas trabajarán el próximo sábado de manera voluntaria. La Fiesta del Ajoblanco quiere servir precisamente como elemento fundamental para la divulgación turística del municipio, además de contribuir a aliviar durante unas horas la falta de medios de numerosas familias. Es conocido el pueblo por sus extraordinarias pasas, pero al mismo tiempo claman las autoridades locales y comarcales en el camino hacia una declaración internacional que las proteja y permita una mayor competitividad de un producto en claro declive.

La jornada de este sábado está dedicada a una sopa fría en la que la uva local es precisamente protagonista, al tiempo que la fiesta ya fue declarada de Singularidad Turística por la Diputación de Málaga. A la degustación del ajoblanco se sumarán las de «uvas y vino de la tierra, porra y pasas».

No faltará la música en directo, los premios Ajoblanco 2016, las actuaciones de flamenco y el pregón, que como ya avanzó este periódico, será pronunciado por el portavoz de IU en el Parlamento de Andalucía, Antonio Maíllo.

El alcalde del municipio, José Gámez (IU), destacó la importancia de este evento en compañía del vicepresidente de la Diputación, Francisco Salado, y la delegada territorial de Turismo, la también axárquica Monsalud Bautista.

Salado quiso agradecer el esfuerzo que hacen los municipios del interior para que un «producto excelente que es Málaga, tenga ese complemento, no solo de sol y playa, sino también de gastronomía, interior y protección y relanzamiento de las tradiciones».

Gámez anunció que unas 10.000 personas está previsto que se acerquen a su localidad este sábado. Y recordó la historia más reciente de una fiesta que no ha cambiado respecto a la que se puso en marcha hace 48 años. «Sigue manteniendo la esencia de las fiestas antiguas típicas de pueblos», alegó.