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Consumo

Cada andaluz gastó menos en comida que el resto del país en el confinamiento

El coronavirus hizo que la cesta de la compra de la comunidad autónoma tuviera menos cantidad y coste que la del resto de la península

Cada andaluz gastó menos en comida que el resto del país en el confinamientoL. O.

El Informe Anual del Consumo de Alimentos en hogares de 2020 elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, publicado este mes de julio, muestra cómo se disparó el consumo de comida en los hogares españoles por culpa del confinamiento severo ante la pandemia del coronavirus. A pesar de estos datos, Andalucía fue de las comunidades autónomas que, aún aumentando su consumo alimenticio, gastó menos en la cesta de la compra que la media nacional.

En cuanto a la estructura del consumo en función de la comunidad autónoma de residencia, Andalucía registró un menor consumo per cápita, por debajo de la media nacional (648,60 kilos frente a 682,52 kilos). Además, respecto al gasto per cápita, fue de las regiones con menores cifras, con un gasto per cápita menor a la media nacional (1.502 € frente a 1.716,27 €).

En relación al consumo en hogares, el estudio expone que el gasto total de los hogares españoles en alimentación durante el año 2020 ascendió a 79.348,26 millones de euros, lo que supone un incremento de 14,2 puntos porcentuales respecto al año 2019. Equivale a un gasto medio de alrededor de 1.716,27 € per cápita, unos 209 € más que el año pasado. En Andalucía esta subida se notó menos, ya que el gasto medio fue de 1.502 €.

El informe argumenta que este incremento se debe a dos factores principalmente; por un lado al aumento del precio medio del 2,7%, y por otro al fuerte aumento de las compras, es decir del volumen total de alimentos y bebidas adquirido por parte de los hogares.

Los datos del estudio también demuestran que, en promedio, cada español realiza una ingesta aproximada de 689,52 kilos consumidos dentro del hogar, casi 68 kilos más que el año pasado. Andalucía vuelve a quedarse por debajo de la media nacional: su consumo medio dentro del hogar fue de 638,60 kilos.

Ante todos estos datos, Ana Márquez, dietista-nutricionista de Nutrisana Educación en Málaga, manifiesta que «la alimentación está muy vinculada a la parte emocional», aspecto que hay que tener en cuenta para analizar estas crifas del año 2020, ya que todo ha estado influido por la Covid-19: la alimentación, el ritmo de vida, el trabajo, la educación, y las relaciones sociales.

La dietista-nutricionista malagueña recalca la relación que hay entre el estado de ánimo y la alimentación, así como sus consecuencias. «La alimentación no es algo aislado y una de las funciones de la alimentación es la nutrición, pero tiene muchas otras: socializar, celebrar e incluso llorar. Hay personas que tienen muy desarrollada la llamada ‘alimentación emocional’ y aparecen sus efectos de una forma desmedida: al estar preocupadas, tristes o ansiosas confunden una sensación de hambre fisiológica con una necesidad emocional no cubierta. Esto provoca una mala alimentación, y por tanto, nefastas consecuencias para su salud».

Una gran cantidad de personas tuvo que afrontar en el confinamiento un Expediente Temporal de Empeo (ERTE) y esto, junto a los aspectos emocionales y de ánimo que se han nombrado antes, también es una de las posibles razones que sostiene los datos del aumento de ingesta alimentaria en todo el país y, concretamente, en Andalucía.

Respecto a esto, Antonio Zoido, dietista-nutricionista en AZ Nutrición Deportiva y Clínica de Málaga, comenta que «los ERTES han provocado cambios en la alimentación. Estos cambios en la cesta de la compa han podido causar una alimentación errónea por no tener las herramientas necesarias para gestionar unos menús saludables, y a la larga han podido provocar problemas de salud».

La situación de aburrimiento que han vivido muchas personas durante el confinamiento también han podido traducirse en esas visitas a la nevera y a la despensa de más, y, precisamente, no para comer los alimentos más saludables. En cuanto a esto, el dietista-nutricionista malagueño indic que eso demuestra que «al estar aburridos solemos recurrir a alimentos con grasas saturadas, con azúcares, con mucha sal o ultraprocesados. Estos ingredientes hacen que el cuerpo te pida más, pero tienen como consecuencia el sobrepeso y la obesidad, pues llega un momento que los mecanismos que tiene el organismo para regular este ciclo de hambre y saciedad se pierden. En conclusión, el aburrimiento suele influir de forma negativa a la alimentación con graves consecuencias».

Está claro que el confinamiento severo, sobre todo el de los meses de marzo y abril de 2020, hizo que las personas comieran más. Asimismo, aumentó la ingesta de alcohol (un 23% respecto a 2019), especialmente la de vino y cerveza. Aún así, no todo es negativo, y estos dos dietistas-nutricionistas de Málaga celebran algunos cambios de alimentación provocados por el coronavirus. Ana Márquez destaca de todos estos cambios el aumento del consumo de legumbres. Antonio Zoido, además de esto, también celebra la subida de la ingesta de frutos secos.

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