La asesina confesa de Dolores R.V., la mujer degollada el pasado mes de diciembre en La Cala del Moral (Rincón de la Victoria), fue atacada con un cúter que le produjo una herida de tal gravedad que ni siquiera pudo gritar para pedir auxilio. Así lo ha asegurado hoy la Guardia Civil en un comunicado que confirma que Asunción M.N. reconoció los hechos tras su detención la pasada semana en su domicilio y en cuyo registro los agentes encontraron la ropa usada por la presunta autora para cometer el crimen, una pequeña libreta donde aparecía el teléfono de la víctima y un reloj de oro que portaba la víctima el día que falleció.

Según esta confesión, la detenida decidió acabar con la vida de Dolores, de la que era clienta desde hacía 14 años, por una deuda de 4.000 euros que había contraído por la compra de unas joyas y a pesar de que habían llegado a un acuerdo ir reduciendo la misma con 100 euros a primeros de cada mes.

Tras el crimen, la Guardia Civil tomó declaración a los testigos y realizó una minuciosa inspección ocular por donde se dio a la fuga la presunta autora del homicidio, interviniéndose el bolso de mano de la víctima en el interior de un contenedor de basura, en los extrarradios del lugar de los hechos, y en el cual, a primera vista, se observó sangre impregnada en distintas partes del mismo.

Del análisis y estudio de la documentación perteneciente a la víctima y de las declaraciones de las personas de su entorno, se pudo determinar que Dolores se dedicaba a la venta al por menor de joyas de oro desde hacía muchos años. Según el instituto armado, de las diferentes líneas de investigación y el análisis de las declaraciones se confeccionó un perfil de la presunta autora del crimen que coincidía con las características físicas de varias candidatas, entre las que se encontraba Asunción, que en su día ya fue citada en primera instancia en calidad de testigo. Sin embargo, los investigadores observaron numerosas contradicciones y ocultación de información en su primera declaración, ya que llegó a decir que nunca había estado en la Cala del Moral o que desconocía el número de teléfono de la víctima.

Asimismo, les llamó la atención que tras el suceso se tiñera el pelo y se cortara el mismo con un "un cambio de look radical" que no pasó desapercibido para los agentes del Grupo de Homicidios. Aunque la sospechosa no tenía antecedentes policiales y judiciales, a medida que avanzaba la investigación y el análisis de los diferentes indicios como huellas y perfiles genéticos los agentes lograron estrechar el círculo en torno a la presunta autora, que finalmente fue detenida el 13 de febrero en su domicilio de la avenida del Mediterráneo de Rincón de la Victoria, situada a apenas un kilómetro del lugar del crimen.