­El alcalde de Sedella, José Antonio Gutiérrez, presentó ayer su dimisión ante el pleno y anunció su baja temporal como militante del PSOE, en medio de la división interna que desde hace dos años padece su formación. De hecho, el regidor permanecía en minoría, con el único apoyo de los dos concejales de IU, desde que el anterior alcalde socialista, Francisco Gálvez, «dejase solo a su delfín» y pasara a alinearse con la oposición -otros dos ediles del PA y el único representante del PP-.

«La sombra de Gálvez es muy alargada», explicaba ayer un funcionario local a este periódico, en relación a las «verdaderas causas de esta dimisión de Gutiérrez». Éste, no obstante, manifestó que se marcha después de «haber tenido conocimiento» de una denuncia presentada ante la Fiscalía de Málaga contra su gestión.

«Sé que se me imputa la comisión de delitos en el ejercicio de mis funciones. Me marcho no como asunción de culpabilidad o reproche penal, porque desconozco de momento el contenido de la denuncia presentada y los supuestos delitos, sino por mi íntima convicción de que una administración pública, por pequeña que sea, no debe estar regida por una persona sobre la que se ha vertido una sospecha, por más disparatada que sea la denuncia». Reconoció asimismo que el proceso podría haber comenzado en la corporación.

El ya exalcalde añadió que, sin admitir responsabilidad penal alguna, está dispuesto, una vez repuesta su honorabilidad, a exigir las «responsabilidades a las que tenga derecho». Finalizó con que renunciar al cargo, así como a su condición de militante socialista, es «la asunción de un deber moral».