Alfonso Molina Padilla nació en 1875 en Colmenar y después de desarrollar una extensa carrera política en tierras madrileñas, donde fue diputado en Cortes, decide en la década de los años 50 crear una fundación educativa para los menores más desfavorecidos. Al fallecer sin descendencia, su patrimonio se dedica a otorgar becas y cursos de verano a través del Orfanato de Jesús y Candelaria dependiente del Patronato-Fundación Molina Padilla. En el escudo del mismo figura la leyenda «¡Todo por mi Colmenar de amores!». Y es que aunque Molina Padilla residió en la capital de España hasta sus últimos días, sus pensamientos siempre estuvieron en su lugar de nacimiento. Su mayor contribución a la historia del municipio axárquico, antaño capital de los Montes de Málaga, es sin lugar a dudas la histórica dotación para becar cada año a centenares de jóvenes. Su pueblo jamás le olvidará.