La final de la Liga de fútbol americano, que durante la madrugada de este lunes volverá a concentrar audiencias millonarias en Estados Unidos, establecerá de nuevo máximos históricos en el precio de los aguacates. Al otro lado del Atlántico, la costumbre cada vez más extendida es la de seguir por televisión la denominada «Super Bowl» mientras se consumen cantidades muy significativas de nachos y guacamole. Por segundo año consecutivo, miles de productores de subtropicales de la Axarquía resultarán beneficiados, indirectamente, con estas circunstancias.

La principal comercializadora europea de subtropicales, la veleña Trops, remarca que hasta hace dos años el invierno no generaba los precios más altos de la campaña del aguacate, la que en la Axarquía se extiende desde finales de año hasta abril. Su gerente, Enrique Colilles, expresa que ya durante la anterior campaña, hace ahora un año, los precios se dispararon justo para estas fechas y ante el acontecimiento que dispara el consumo en Estados Unidos, país que determina el precio de un importante número de materias primas para la alimentación.

«La peculiaridad de este año es que volvemos a tener los precios de récord, si bien es cierto que hemos tenido un invierno muy positivo. Tenemos constancia de que el consumo se elevará este año en la Super Bowl a 100 millones de kilos y está bien planificado el abastecimiento, de manera que no habrá problemas para que los estadounidenses sigan fieles a su tradición», relata.

Otra de las tradiciones de este evento deportivo es el consumo masivo de cerveza mexicana. Paradójicamente, se trata de otro de los productos que de manera millonaria se importará desde México, como el guacamole o los nachos, durante este mes en Estados Unidos. Al respecto, Colilles recuerda que ni siquiera el nuevo Ejecutivo norteamericano, con sus anuncios sobre la incorporación de lastres a las importaciones, puede alterar las costumbres de todo un país en materia gastronómica. Sí que se mantiene, no obstante, «una enorme incertidumbre sobre el futuro de las exportaciones desde Europa y otros países productores de subtropicales».

Acerca de las políticas proteccionistas de Donald Trump, Colilles expresa que no hay «razones objetivas» para temer consecuencias a medio o largo plazo. Sin embargo, sí que hay argumentos subjetivos, «sobre todo si tenemos en cuenta de que estamos ante un presidente que le cuelga el teléfono a su homólogo australiano».

Los productores malagueños, por el peso del aguacate mexicano en EEUU, son conscientes de que si finalmente no se imponen aranceles a las importaciones, «si hay alguna excepción, sería la de esta fruta». De hecho, Trump ha insistido en que quiere que cambien las condiciones del Tratado de Libre Comercio, porque a su parecer ha sido injusto con los productores estadounidenses.

De momento, en el encuentro que en la madrugada del domingo al lunes enfrente a los Patriots y los Falcons, el guacamole importado volverá a ganar por goleada.