Acabó el verano también para la pesca. Y el balance no es tan positivo como se esperaba en una provincia que suele disparar estas fechas las ventas de productos del mar, por las características que tiene en cuanto a afluencia millonaria de visitantes y variedad gastronómica en las zonas de playa. Portavoces de cada uno de los puertos del litoral costasoleño, en especial los consultados en el más productivo de todo el Mediterráneo andaluz, el de Caleta de Vélez, muestran más sombras que luces para el periodo recién concluido.

Recuerdan la incertidumbre que la presencia de la bacteria e-coli generó en julio, con el cierre de los caladeros a la captura de un producto tan típicamente malagueño como es la concha fina. Afectó además a la coquina y durante el periodo de análisis positivos por parte de la Junta de Andalucía alrededor de 80 familias vinculadas a las 38 embarcaciones marisqueras de la provincia se vieron afectadas. Además, los mayoristas no tuvieron más remedio que recurrir a otras variedades y otras provincias para garantizar el abastecimiento en temporada alta.

También se vivió a principios de este mismo verano otro conflicto añadido, esta vez de carácter administrativo. Más de una treintena de propietarios de embarcaciones de cerco hicieron un paro derivado de un pulso que arrastraban frente a los mayoristas, encargados históricamente de recibir una comisión o quita del 5% en las capturas de variedades tan populares «como la sardina o el boquerón».

Ese otro conflicto se zanjó con un acuerdo para variar paulatinamente y durante las próximas temporadas las condiciones actuales, que también implican el aporte de los envases para el mayorista, como alegaban los representantes de estos últimos. En mitad de este pulso entre pescadores e intermediarios se vivieron escenas inéditas, de las que no tardaron en huir los pescadores de Estepona, Marbella y Fuengirola. El colectivo en Caleta, ante ese paro en la venta de sardina y boquerón en la provincia, no dudó en costear el traslado de sus capturas a otros puertos o mercados, como a Almería o Madrid. El consumidor fue testigo indirecto, porque el mayorista recurrió igualmente a adquirir el pescado de lonjas de fuera de la provincia en primera instancia.

La Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores en Málaga agrega que el verano al menos sí deparó un logro para la provincia, como fue la elección de la capital costasoleña para que albergue en un futuro muy próximo una de las cuatro oficinas subregionales estables de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM).

Así se reconoce el papel histórico de la Costa del Sol por parte de una organización regional que determina la ordenación pesquera para el Mediterráneo y Mar Negro de la FAO. El Gobierno central presentaba hace pocas semanas el acuerdo, al tiempo que el sector miraba al Estrecho y pedía medidas contra la invasión de la dañina alga asiática Rugulopterix okamurae.