Primera noche de cuchillos largos. Se presentaba una noche de coplas interesante. Más si cabe, después de un día también interesante. Hacía tiempo que no me reía tanto que hasta me he tenido que salir de la oficina porque mis compañeros pensaban que lo hacía de ellos. Entre unos y otros hacéis que el carnaval siga siendo muy grande. Por eso me gusta tanto esta fiesta, porque te puedes reír o llorar de lo

que te apetezca sin que por ello tengas que darle explicaciones a nadie.

No le tuve miedo nunca a los matones que te retaban fuera del colegio para acabar con tu vida porque habías cruzado miradas y hablado con la chica equivocada. Y tampoco le he tenido miedo a cantar una critica, o a escribirla. Y de eso trata el carnaval. De decir, escribir, cantar o berrear sin miedo lo que te plazca, porque esta es la fiesta de la libertad y por eso me hice carnavalero. A lo único que le tengo miedo es a que llegue el día que no pueda hacerlo.

El día y la noche estuvo bien. Estas noches son muy tensas. Algunas agrupaciones se juegan el pase al Cervantes, otras lo tienen más claro y ya solo piensan que van a cantar en la final. Visto lo visto yo no lo tendría tan claro. Algunas agrupaciones que han venido de fuera de Málaga han presentado muy buenas credenciales para estar en semifinales, creo que incluso para la final. Aunque aún tenemos que escuchar otra vez los repertorios de los semifinalistas, y ya será cuando lo tengamos más claro. Pero esa será nuestra opinión, distinta seguramente de lo que dicten los cinco del jurado de cada modalidad.

En comparsas veo a siete o hasta ocho que pueden batirse para entrar en la final. En murgas casi lo mismo. Eso sí, veo más reñida a la murga que a la comparsa. En cuarteto lo tengo claro. De los dos que hay, uno es primer premio de calle.

Enhorabuena a todos los semifinalistas. Nunca tengáis miedo de escribir o cantar una letra valiente. No os guardéis nada para la final porque si no pasáis el corte, lo tendréis que cantar en cualquier sitio menos en el teatro y, a lo mejor, ya no surte el mismo efecto.

Porque el mundo pertenece a lo valientes que se atreven.