La estética japonesa se ha colado hoy en la pasarela Cibeles de la mano de la diseñadora valenciana Elisa Palomino, quien ha sucumbido a las geishas, los crisantemos y los quimonos en su colección "Bosque sagrado".

Palomino ha abierto la última jornada de Madrid Fashion Week con un desfile muy llamativo con creaciones inspiradas en la actriz japonesa Sada Yacco, la primera mujer actriz de Japón y precursora del movimiento "japonisme" que influyó en pintores impresionistas como Monet, Paul Klee o Gustav Klimt.

Las modelos han lucido y sufrido unos enormes tocados florales sobre un exagerado cardado que destacaba con la ligereza de las prendas confeccionadas por la diseñadora valenciana.

El eje central de toda la colección, con una gama cromática limitada al negro, blanco y algún tierra, son sin duda los estampados y bordados, en forma de lirios, glicinias, crisantemos y flores de ciruelo -las flores de las cuatro estaciones- que aparecen en jerseys de punto, transparentes vestidos de gasa, kimonos, capas y hasta en "plumas" muy abrigados.

Tampoco se libran materiales ricos como el ante y el terciopelo de las típicas escenas japonesas, en la que los gorriones vuelan alrededor de lirios y malvas, así como los abrigos de lana y de cuero negro intrincado imitando la laca japonesa.

Tras Elisa Palomino, la diseñadora catalana Teresa Helbig ha presentado su colección "Brogueing", una propuesta original y muy trabajada que supone la reinvención del charol, la adaptación de un material clásico a los diseños más modernos.

Con la referencia del zapato inglés tipo "brogue", con pequeñas perforaciones, la diseñadora crea un universo infinito de prendas de charol troquelado en blancos, nude y negros con algún toque de púrpura y madreselva que dan color a la colección.

Entre las piezas estrella ha llamado la atención el abrigo blanco que ha cerrado el desfile, confeccionado con 3.840 pequeñas tiras de charol troquelado cosidas a mano una a una. Los siete intensos días de trabajo artesanal que ha costado su confección, según confesó a Efe la diseñadora, han dado un buen resultado.

En pantalones, gabardinas, chaquetas cortas y shorts, la diseñadora barcelonesa mezcla el charol, un material "duro" de trabajar, con todo tipo de tejidos, como las lanas y el cashemere para el día y la gasa para la noche, con transparentes vestidos de múltiples capas.

Además de sus prendas de charol, la creadora ha sacado también a la pasarela una volátil línea de estampados "príncipe de gales" que contrasta con la rigidez del charol, que también utiliza para decorar con jaretas chalecos y chaquetones de piel de conejo tipo canguro.

Buen sabor de boca ha dejado esta mañana Teresa Helbig, que es la tercera vez que participa en Cibeles y que recibió en la última edición el Premio L'Oreal a la mejor colección primavera-verano del 2011.

Juana Martín ha cerrado los desfiles de la mañana con "Los siete pecados capitales", una colección que ha tenido su inspiración en "La Divina Comedia" de Dante, y en la que la cordobesa apuesta por un look monocromático en blanco y negro, con suaves toques de verde, y el volumen en faldas y vestidos clásico de la firma.

Con largos por debajo de la rodilla, la diseñadora persigue una estética ecléctica en vestidos, faldas y abrigos confeccionados en organzas de seda, tules y pelo mezclados con pailletes, plumas, pedrerías y elementos metálicos como las cadenas.

Una colección en la que, según las propias palabras de la cordobesa, "todo vale".