'La plaga'Compañía:

Caramala Teatro

Dramaturgia y Dirección: Chiqui Carabante

Intervienen: Carmen Baquero, Virginia Muñoz, Noemí Ruiz

Lugar: Teatro Echegaray

La compañía malagueña de teatro Caramala, es decir Carmen Baquero, Virginia Muñoz y Noemí Ruiz, ha estrenado en el Echegaray, y dentro del Festival de Teatro su nuevo espectáculo 'La plaga'. En la autoría, además de los miembros de la compañía, Sergio Rubio. La dramaturgia y dirección corresponden a Chiqui Carabante. Y las composiciones musicales a Felipe Milano. ¿Por qué es necesario nombrarlos a todos? Porque el resultado de los espectáculos de Caramala siempre está en función de la labor en grupo de los distintos creativos intervinientes. Eso que se llama trabajar en grupo.

Y de eso va precisamente 'La Plaga', del grupo, de lo grupal, que puede en ocasiones convertirse en lucha colectiva y en otras derivar a simple rebaño. Esta es la historia de una niña de ocho años en su colegio. Es la historia de una 'redacción libre'. O al menos es lo que ella cree. Piensa que le han pedido que se exprese libremente. Pero, ¡ay!, una niña de ocho años no puede usar la palabra 'mierda' e una redacción. Así descubre que la libertad de expresión no será tal si no lucha junto a sus compañeros para defenderla. Profesores, padres del AMPA, su propia madre, establecen una guerra de acoso en la que la excusa para reprimir sería una plaga de piojos que supuestamente ha afectado la conducta de los infantes.

Una idea genial para mostrarnos la represión, la censura, la intolerancia. Cómo nos plegamos a esto para no destacarnos y resultar excluidos del entorno, de la sociedad en que cómodamente nos hemos instalado. Salirse de la norma es cuestionarnos y cuestionar las verdades asumidas con fe ciega. Para hacernos ver eso, tres espléndidas intérpretes se multiplican en el escenario con una diversidad de personajes que reflejan con toda la gracia la particularidad de los tópicos de los roles representados. Memorables personajes que hacen reír con sólo abrir la boca.

Ahí tenemos a la niña obsesionada por el azúcar de La Baquero. La sin sangre tesorera del AMPA de La Muñoz. La ultra empalagosa guía de catecúmenas de Noemí Ruiz. Esas y más que logran desencajar al espectador con sus ocurrencias. Ocurrencias que vienen de la mano de un texto lleno de inspiración, y no sólo por el sarcasmo que destila, que lo tiene y mucho, no sólo por la crítica, que también, si no por su propia construcción narrativa. La sucesión de escenas encadena momentos que de pura ternura te llegan al alma. Un pellizco de coraje. ¡Pobre niña protagonista! Quiso ser creativa, no buscaba destacar, sólo ser honesta.