El escritor, poeta y articulista de La Opinión de Málaga Pedro Marín Galiano, nacido en Granada pero afincado en la capital malagueña desde hace años, acaba de publicar su nuevo trabajo, el poemario Con mirada limpia, en la prestigiosa colección Puerta del Mar, del Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (Cedma), dirigida por el imprescindible poeta Manuel Salinas. En su nuevo trabajo, el artista muestra un despliegue absoluto de dominio de la métrica tradicional tratando, con un gusto exquisito, temas inmortales del alma. «Yo publico Lo que jamás sabrás por mis palabras y abarca dos años y medio de mi trabajo», explica este autor al periódico.

Están presentes en las 47 piezas del libro «el amor, la redención, el ocaso», los temas que siempre han preocupado a los hombres y las mujeres de todos los tiempos; «difícilmente el poeta encuentra temas nuevos, lo importante es cómo lo cuentas, cómo ves el amor, la diferencia entre una poesía y otra», dice.

«Las 47 piezas responden a formas, tengo tendencia a la estructura, a la forma, al esqueleto; hay sonetos y décimas, pero incluso cuando hago verso libre me apoyo en una estructura, repito la cadencia, esbozando el armazón consigues el ritmo. Eso sí, quiero dejar claro que lo que hago no es una defensa de la métrica reglada frente al verso libre, pero a mi manera de escribir todo ello le imprime musicalidad a los versos», subraya.

Su poema preferido es el que le da título al libro, Con mirada limpia, porque «está lleno de todos los sentimientos que acontecen», aunque el más aplaudido por los lectores es un conjunto de diez décimas donde «el primer verso de la primera décima es el segundo verso de la segunda décima y el tercero de la tercera, así sucesivamente», recalca.

El amor, como en su anterior trabajo y en las piezas publicadas en diferentes antologías, cobra aquí relevancia especial; no el sentimiento en sí, sino la forma de mirarlo que tiene el poeta en su juventud y cómo lo decodifica en su etapa de madurez. «Una canción de Pablo Milanés dice que 'el tiempo pasa, nos vamos volviendo viejos; para mí el amor ahora es tener 80 años y contar al lado con la persona a la que quieres», señala, para incidir en que antes era «impulso, emoción, instante». Ahora trabaja en otro poemario, aunque también publicó una novela negra, El crisol de lo prohibido y una mujer que desaparece.

De forma inesperada

«Por suerte o por desgracia, pero yo creo que por suerte, la Poesía emerge como un espíritu libre que tiene la capacidad de brotar allá donde no se le espera, de aflorar para dejar su impronta indeleble por encima de grados académicos, ideas políticas, confesiones religiosas o estados civiles. Un espíritu que fluye como patrimonio indubitado del pueblo y que nos recuerda, irremediablemente, aquellos versículos del capítulo once del Evangelio de San Mateo: Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendido, y las has revelado a la gente sencilla», explica el propio Marín Galiano en el prefacio de la obra, un trabajo que aspira a consolidar, aún más si cabe, su particularísima visión de la poética.