El director Lluís Pasqual, que compareció ayer en Málaga con motivo del estreno de su Romancero Gitano, con Nuria Espert, en el Teatro del Soho CaixaBank, explicó sobre su salida del espacio de Antonio Banderas que el malagueño le «necesitó en un momento» y él «no podía decirle que no», pero por edad y trayectoria ahora quiere dedicarse solo a su primer oficio, «que es el de director de escena».

«Antonio es un actor, básicamente y por definición, y los directores a veces sabemos lo que quiere el actor antes de que éste lo sepa, porque vislumbramos el final. Antonio me necesitó y no podía decirle que no, en un momento en que por edad y trayectoria no quería ocuparme de ninguna institución más. De mis dos oficios quiero dedicarme al primero, que es el de director de escena», señaló Pasqual. Añadió que Banderas «no lo sabía, pero estaba pariendo un teatro, y no sabía qué pasaría con el hijo después», y que «es Antonio el que tiene que darle el biberón».

Pasqual ayudó a Banderas «hasta que se puso en marcha» el teatro y no cree que su dimisión afecte a la amistad entre ambos, porque tienen «una relación que ha estado por encima de muchas cosas durante muchos años».

Ahora regresa al Teatro del Soho con el Romancero gitano y siente «mucha alegría», ya que Pasqual confiesa que le «da igual» que desde fuera las fachadas de los teatros «sean más bonitas o más feas», pero siempre que ha dirigido espacios escénicos tiene «la manía de ir a ver la sala». «Al reencontrarme con esta sala después de un mes y pico sin verla me ha parecido muy hermosa. Se hacen muchos desastres hoy en día, pero ésta es hermosa gracias a mucha gente y a una escucha no siempre fácil del arquitecto».

Ante el interés de los periodistas por las razones de su salida, Pasqual zanjó: «En Los Ángeles publicaron un periódico que se llamaba Good News y duró una semana, porque nadie quiere buenas noticias, quebraron estrepitosamente. La gente quiere bad news (malas noticias), pero yo no tengo, no puedo añadir nada más, lo pensé mucho, era la verdad y si no, no estaría aquí con los micrófonos delante. Me apetecía venir a Málaga».