Empecemos por el título, ¿Y por qué no lo hacemos en el suelo? En estos tiempos que corren la propuesta se antoja algo arriesgada...

Claro, es el peligro que tiene siempre la creación, que la actualidad a veces imprime una nueva lectura, para bien y para mal. En este caso habría que añadir quizás una pegatina que ponga «desinfectado». Habrá que estudiarlo [ríe].

¿Cómo nace esta obra?

Como todos los buenos proyectos, el libro surgió de una buena conversación entre amigos. En este caso fue gracias a una estupenda tarde madrileña con Belén Bermejo, editora de EspasaEsPoesía, que me animó a ello y me presentó a mi editora, Viviana Paletta, con quien me puse a trabajar de inmediato.

Definiría este libro como una antología?

No. Es un libro nuevo configurado sobre poemas recientes y de otras épocas, que crean un recorrido amoroso. Hay versos de todos mis libros salvo del que escribí en coautoría con Andrés Catalán.

¿Incluye poemas inéditos?

Sí, muchos, incluso de finales del año pasado.

¿Hay espacio en las páginas de esta obra para el desamor?

Sí. Hay una idea sobre qué emociones y qué reflexiones nos llevan al desamor y cómo lidiamos con ese sentimiento. Hay un recorrido amplio por muchos aspectos del amor, sobre todo con el foco puesto en ofrecer diferentes propuestas en distintos poemas.

En uno de los poemas del libro dice: «Un día decidí que lo primero era amar. Y no tuve que ordenarlo: todo lo demás se puso a la cola». ¿El amor es lo primero para usted?

La hipótesis de este poema es que si priorizas el amor todo lo demás automáticamente irá colocándose en su sitio. Yo creo que muchas veces si cuidamos el amor, en su sentido más amplio, no solo por la pareja o la familia, sino por el prójimo, eso hace que todo lo demás de alguna forma vaya encontrando su lugar, aun a riesgo de parecer Paulo Coelho.

Este sentimiento creo que es uno de sus temas poéticos predilectos...

Es verdad. En el prólogo del libro lo digo: Lo que más me gusta escribir son poemas de amor. Porque no solo supone siempre un reto, ya que es un sentimiento inagotable, sino que, además, es una investigación sobre uno mismo. Yo creo que el amor debe entenderse siempre como algo que abarca muchas cosas y, entre ellas, está el deseo. Pero no debemos confundir el deseo con el amor y pensar que son sinónimos. Hay muchas formas de amor y cada vez me interesan más las ideas de la poesía mística y diferentes cuestiones vagamente relacionadas con la religión, pero que no trabajan tanto la idea de Dios, sino la del amor entre los seres humanos. Hemos ido reduciendo el amor a una idea muy sexual, física, muy de consumo, como todo lo demás. Sin perdernos en cuestiones demasiado abstractas, pienso que habría que volver a una idea del amor como una experiencia global.

¿Cómo se imagina el amor en tiempos del coronavirus?

Creo que muy parecido a como ha sido siempre, sobre todo por el hecho de que el amor es de las pocas cosas que es una constante a lo largo de la historia. Ahí tenemos los poemas épicos y de amor, que vienen a expresar algo muy parecido a lo que podríamos decir hoy en día. Haciendo mención a la actualidad, por un lado, creo que el amor ahora está más presente, porque, ante un momento de estrés social o miedo colectivo, necesitamos el cariño tanto de las personas que amamos y no están cerca como de las que no lo están. Pero, por otro lado, también es verdad que parece que la modernidad y el amor no casan mucho.

Esa idea la refleja bien la cita de Antonio Gala que ha escogido para abrir el libro.

Sí, es una cita estupenda que he incluido también a modo de reconocimiento y homenaje. Dice: «Esta sociedad nos da facilidades para hacer el amor, pero no para enamorarnos». La escogí por ser de Antonio Gala y porque tiene mucho que ver con lo que hemos estado hablando. La cita está escrita mucho antes de que existieran cosas como Tinder. El libro tiene varios poemas que reflexionan precisamente sobre esto, sobre la tecnología y la distancia que se pueda crear entre la experiencia amorosa más o menos plena y clásica y la idea veloz, física y de consumo, que creo que está muy bien para muchas cosas, pero que pierde sobre todo la reflexión. Si convertimos el amor en un bien de consumo vamos a perdernos muchas cosas.

El libro se pone a la venta el 19 de mayo...

Sí, ese día ¿Y por qué no lo hacemos en el suelo? estará disponible en las librerías. Esperemos que para entonces puedan estar ya todas abiertas. También saldrá más adelante en formato electrónico. Pero ahora mismo nos interesa mucho trabajar con las librerías y apoyarlas. Queremos intentar que la obra pueda estar cerca de los lectores en el espacio que es más propio del libro, que son las librerías.

Para terminar, escoja unos versos de ¿Y por qué no lo hacemos en el suelo? para esta desescalada.

Creo que éste puede servir: «No hay nada que temer en el amor, lo hacemos sin saber cómo lo hacemos».