¿Y si soy olvidado al morir? Este era uno de los temores de Waldo de los Ríos, un músico, arreglista y compositor argentino que dio el salto al éxito al acercar a Beethoven al gran público. Por desgracia, el gran miedo del artista se materializó y, tras su muerte, el músico cayó en el olvido. En la actualidad, el personaje ha resurgido gracias al periodista Miguel Fernández, quien después de dos años de arduo trabajo rescató a ese interesante personaje.

Desafiando al olvido (Roca Editorial) es una biografía cuyo origen se debe a una casualidad. El autor de la obra explica que estaba buscando una historia que contar: «Di con este personaje al azar. Yo quería escribir algo que tuviera como trasfondo los años sesenta, y por casualidad escuché el Himno a la Alegría. Leí que ese disco había sido el primer éxito importante de la industria discográfica nacional, entonces tiré de ese hilo y di con la figura de Waldo de los Ríos».

Fernández confiesa que ya conocía al artista, pero se apresura a añadir: «No sabía que había un personaje tan redondo y tan apasionante como el que luego me encontré».

Revisión del pasado

Por detrás de Desafiando al olvido, que llegó a las librerías este sábado, hay un gran trabajo de documentación. Su autor detalla cómo fue el proceso de elaboración del libro: «Hubo muchas especulaciones y muchas noticias sensacionalistas respecto a la muerte de Waldo, pero yo partí de cero y busqué las fuentes directas de quienes lo conocieron, de quienes fueron sus amigos y sus vecinos, así como las pruebas documentales tanto en España como en Argentina». De esa forma, el periodista logró trazar un perfil y reconstruir la vida del artista argentino hasta sus últimos momentos.

Waldo de los Ríos fue catapultado a la fama mundial gracias a su adaptación del último movimiento de la novena sinfonía de Beethoven. Dicha reconstrucción es conocida como Himno a la Alegría, y para Miguel Fernández fue, «sin duda, el gran momento de Waldo».

La adaptación del músico argentino se convirtió en un éxito mundial, de dimensiones entonces desconocidas en la España franquista. «Ese, quizá, es el momento de mayor gloria de Waldo, y posiblemente es donde empieza gran parte de su desdicha», subraya Fernández.

La muerte del compositor ocurrió en 1977, momento en el que todo estaba cambiando: «Se estaban diseñando los límites de la libertad de prensa. Veníamos de una dictadura y los periodistas todavía estaban muy condicionados por la autocensura», señala el autor.

El tratamiento que hizo la prensa del acontecimiento fue sensacionalista. Respecto a ello, Miguel Fernández apunta: «Era un caso llamativo, y los periodistas se pusieron a investigar con tal ansia que dejaron atrás los límites éticos de la profesión».

Se habla de que la muerte de Waldo podría haber sido un asesinato, pero Fernández resalta que la versión más verosímil es que fuera un acto voluntario: «Uno nunca sabe porqué alguien decide quitarse la vida. Yo me he limitado a reconstruir las últimas horas del músico».

La causa de la muerte del artista argentino es una incógnita que nunca se ha llegado a despejar. Tampoco es lo más importante al hablar de un talento tan completo, único y estimulante como el de Waldo de los Ríos, con un importante legado musical a descubrir (o redescubrir).Y en ese sentido Desafiando el olvido supone una invitación perfecta para ello.