El Centre Pompidou Málaga ha presentado Monumento al Desencanto, la propuesta ganadora de la primera edición de la beca del comisariado y producción Vasos comunicantes de DKV, que cuenta con una dotación de diez mil euros. El proyecto artístico, que une a la Colección del Museo Ruso y el Centre Pompidou Málaga de forma virtual, hace una reflexión sobre la realidad monumental en la actualidad, sus posibilidades poéticas y su uso como dispositivo del poder a través de dos intervenciones artísticas.

Tomando de referencia obras como el Monumento a la III Internacional, conocida como Torre de Tatlin, Monumento al Desencanto nace de la mano de Pablo Capitán del Río y Luz Prado, comisariados por Regina Pérez Castillo y del asesoramiento teórico de Miguel Ángel Benjumea. El proyecto artístico hace un diálogo directo entre ambos museos. En el Centro Pompidou Málaga se ubica el "contramonumento" de Pablo Capitán del Río, que simboliza la irresponsabilidad del poder y, como consecuencia, la enfermedad y el dolor del pueblo; mientras que en la Colección del Museo Ruso se experimenta todo lo contrario con la propuesta de la malagueña Luz Prado.

Al acto de presentación han acudido el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, los artistas y la comisaria del proyecto, además de la concejala de Cultura, Noelia Losada, el director de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y otros Equipamientos Museísticos y Culturales, José María Luna, y la directora de la sucursal de DKV en la provincia, María José Viñas.

Centre Pompidou Málaga

La obra de Capitán del Río se encuentra en el patio interior del museo, situado en el centro del famoso cubo de Daniel Buren. Su propuesta reactiva la memoria y la conciencia pública sobre un acontecimiento traumático "olvidado" e, incluso, "ocultado": el accidente de Chernobyl. El artista granadino reproduce uno de los objetos más venenosos que ha existido en la historia, la llamada "Pata de elefante" de Chernobyl. Tras la explosión del reactor número cuatro de la planta nuclear, esta masa radioactiva fue derritiendo cuatro metros de hormigón armado hasta aparecer en una de las galerías subterráneas de refrigeración. Esta intervención artística puede ser vista únicamente a distancia, puesto que representa aquello con lo que ningún ser vivo puede convivir y que impide la capacidad de vida de cualquier otro organismo.

Colección del Museo Ruso

Dejando atrás esa irresponsabilidad de poder, enfermedad y dolor, Luz Prados hace una propuesta antimonumental que reivindica no solo la querencia popular por un momento local no intencionado, sino también por su "relación personal" con la famosa Torre Mónica, la antigua chimenea de la fábrica de fundición de plomo 'Los Guindos', que se ubica en la Carretera de Cádiz, junto a la playa de San Andrés.