Música

Pablo López: «Los conciertos son la razón por la que hago todo lo demás en la vida»

El malagueño inicia en Barcelona una gira sin presentar disco, ocho meses intensos de carretera a lo largo y ancho de nuestro país

El malagueño Pablo López, ayer en Barcelona.

El malagueño Pablo López, ayer en Barcelona. / Andreu Dalmau (EFE)

Rosa Díaz (EFE)

La nueva gira de Pablo López echa a volar este viernes en Barcelona de la mano de dos colibrís, uno rojo y otro azul, imagen del disco que el malagueño está cocinando y cuyas canciones irá dando a conocer a lo largo de la treintena de conciertos que le llevarán por toda España durante los próximos 8 meses.

«Empezar en un recinto tan grande y tan importante como el Palau Sant Jordi de Barcelona es un atrevimiento», reconoció ayer. «Pero Barcelona abraza muchísimo, es muy mamá para mí, y creo que me puede dar un abrazo muy bonito, que me dé fuerzas para el resto de la gira», ha añadido en referencia al título de una de las dos canciones del nuevo disco que ya se conocen, El abrazo más grande de todos los tiempos.

El autor de éxitos como Tu enemigo y El patio confiesa que va a necesitar «toda la fuerza de la gente» porque está asustado «ante el abismo que supone iniciar una gira». «Me siento en el balcón, frente a un precipicio al que voy a saltar -agrega-, pero es un precipicio precioso, porque los conciertos son para mí muy importantes, son el motivo por el que hago todo lo demás en la vida».

Curiosamente, este gran amante del directo lleva un año y medio sin salir de gira. Fue el artista español que más conciertos ofreció durante la pandemia, más de ochenta, pero en 2022, cuando todo el mundo se tiró a la carretera, él se quedó en casa componiendo un disco para su gran ídolo Raphael. Lo explica: «Las cosas han ido así: después de las emociones de las dos giras de 2020 y 2021 necesitaba asimilar todo aquello. Cuando sólo llevaba cuatro meses en casa empecé a sentir el gusanillo otra vez, pero ya me había embargado en otros proyectos, estaba componiendo y estaba siendo muy enriquecedor».

En cuanto se ha liberado de estos proyectos se ha vuelto a asomar al balcón frente al precipicio: «Tenía tantas ganas de ver a mi público que le he pedido permiso para salir de gira sin tener todavía el disco y he tenido su beneplácito».

La gira española empieza hoy en Barcelona, ciudad de inicios y finales para López, ya que ahí empezó y acabó el anterior tour, pero a nivel mundial arrancó el mes pasado con cinco conciertos en México y dos más en Costa Rica y Guatemala, dos países en los que no había tocado nunca hasta ahora: «Ha sido un revoleo. Estoy de vuelta al engranaje de tocar y América ha sido como poner el turbo o trucar el coche para salir disparado. Llego a España calentito».

«Quiero llevarme al estudio la energía del público»

El próximo álbum de Pablo López saldrá en noviembre, pero ya hay dos colibrís volando: El abrazo más grande de todos los tiempos y Quasi. Estas dos canciones son tan importantes para él que las lleva tatuadas en el brazo, explica mientras se remanga la chaqueta tejana y rebusca entre sus múltiples tatuajes un colibrí azul y otro rojo. «Primero vino el colibrí y luego las canciones -recuerda-. Fue en México, soñé con un colibrí, aunque yo nunca he visto ninguno, y pensé: es como las canciones, nunca he visto ninguna, pero existen».

El resto de temas del próximo disco del malagueño ya están en su cabeza, pero acabará de darles forma y de grabarlas durante la gira. «Quiero llevarme al estudio de grabación toda la energía del público», aclara. Por supuesto, el álbum no tiene algún título ni fecha determinada de lanzamiento.

«Estas nuevas canciones son más salvajes -avanza-, por eso necesito que la energía que genera una gira se imprima en el nuevo disco». Y afirma el malagueño: «Yo siempre he sido honesto, pero en este disco todavía lo soy más. Los dos colibrís me han metido en jardines especiales y me he puesto a hurgar. He entrado en las cavernas de mí mismo y el público me va a iluminar».

Una de estas canciones ya está acabada y Pablo López quiere presentarla hoy mismo en el Palau Sant Jordi, pero quizás en el último momento el miedo se lo impida, admite. Como suele suceder con el de Fuengirola, todo dependerá de su impulso, de sus sentimientos en el momento.

«Yo nunca podré ser como los artistas urbanos y de reguetón que sacan un tema cada semana -declara-. Cada canción es una parte de mi cabeza y de mis intestinos, no puedo desprenderme de un apéndice mío tan a menudo». Y es que es conocido el perfeccionismo de López, su meticulosidad a la hora de arreglar sus melodías, la intimidad que confiere a sus letras. Sus seguidores, fiel parroquia en nuestro país y cada vez más en Latinoamérica, ya saben que no, nunca podrá ser un artista urbano o de reguetón.