Entrevista | Macarena Sanz Actriz

«A veces saber parar a tiempo puede ser lo mejor para una relación»

Macarena Sanz regresa a la gran pantalla como protagonista de la nueva película de David Trueba, ‘El hombre bueno’, un drama sobre el debate entre la lucha o la renuncia al amor

Macarena Sanz en el Photocall de ‘El hombre bueno’.

Macarena Sanz en el Photocall de ‘El hombre bueno’. / La Opinión

Arancha Tejero

Arancha Tejero

«Macarena va a ser de esas actrices con la que te pongas la medalla por haber trabajado con ella». Con estas palabras el director de cine David Trueba describía en el pase de prensa a Macarena Sanz, la protagonista de su película El hombre bueno’, que compite en la sección oficial del 27 Festival de Cine de Málaga. Una producción humilde sobre la separación y la pareja, donde brilla el guion y la actuación de sus tres grandes intérpretes: Macarena Sanz, Jorge Sanz y Vito Sanz (pura casualidad según promete el director).

Ha hecho alguna película, varias series, pero, sobre todo, teatro, ¿le ha hecho ilusión volver a la gran pantalla?

Sí, muchísima ilusión. Creo que hay muchas maneras de ser actriz, en teatro, en cine o en tele, y cada una de ellas tiene un encanto particular. Y algo en lo que se parecen estos tres es que son un gran trabajo en equipo, que es algo que me encanta. Pero el poder sentarte en una butaca con un montón de gente y participar del rito que es el cine es mágico y me encanta.

La grabación de la película ha sido en tan solo dos semanas, ¿cómo ha sido la experiencia del rodaje?

Muy buena. Éramos muy poquita gente en el rodaje y la casa en la que rodamos también era la casa en la que comíamos y cenábamos, entonces, a la par que íbamos grabando la película, se iba generando una intimidad y como una familia alrededor de ella que dura hasta ahora porque somos muy amigos. Y la experiencia de rodar con David ha sido una pasada. David como director es cuidadoso, es paciente, tiene mucho humor, entonces te permite estar tranquila y que salga lo mejor de ti. Actuar para mí es muy exigente, me impone y me pongo muy nerviosa antes, pero el ambiente que había hacía que estuviera tranquila antes de rodar.

Durante el pase de prensa ha sido el foco de los halagos, comenzando por el propio director que ha augurado que se hablará mucho de Macarena Sanz, ¿qué se siente al recibir semejantes palabras de unos de los directores referentes del cine español?

Me ha parecido precioso. Estoy absolutamente abrumada por el pase de prensa. Ha sido precioso, e inesperado también. Es verdad que nos queremos muchísimo y me hace mucha ilusión. Me siento muy privilegiada de haber trabajado con David y con los compañeros con los que he trabajado. Y quiero decir que la admiración es absolutamente recíproca.

En la película interpreta a Vera, una mujer que junto a su marido e hija acuden a ver a un viejo amigo porque quieren separarse y que este ejerza de ‘el hombre bueno’, es decir, un mediador que les ayude en el proceso. ¿Considera que esta puede ser una mejor opción que la vía judicial tradicional?

Yo creo que tiene el valor de que lo va a hacer de una manera más humana y menos burocrática. Creo que a veces se pierde mucho lo humano en los papeles. Creo que hay ciertas circunstancias en las que tiene que haber un juzgado de por medio, por ejemplo, en situaciones en las que hay un maltrato. Pero aquí, al ser una situación en la que se llegan a la conclusión de que lo mejor que pueden hacer por ellos y por su hija es separarse, para reencontrarse a sí mismos, está bien yo creo, acudir a una tercera persona que les conozca y que les ayude. Porque un proceso de divorcio puede ser muy desgastante. Y te puedes olvidar que esa persona, que igual se queda con la mitad de lo que tú ganas, es una persona a la que tú has querido muchísimo y se convierte en tu enemigo. Y no tiene sentido.

La película nos plantea también el debate sobre si luchar por el amor o rendirse y dejar ir, ¿considera que como sociedad nos hemos vuelto blandos a la hora de gestionar las crisis o etapas más llanas de una relación?

Cada circunstancia es distinta. Creo, por ejemplo, que el separarse no es un fracaso. Es un gran logro. Pero venimos de una herencia de que si te separas es que la relación ha fracasado. Y no. Igual separarse es lo mejor que le puede venir a tu vínculo. Separarse de manera que a lo mejor conseguimos ser amigos. Porque, si lo queremos dejar, y no lo dejamos, igual se convierte en tu peor enemigo. Cada relación es distinta. Y, a veces, saber parar a tiempo puede ser lo mejor para una relación.

Creo que el separarse no es un fracaso. Es un gran logro

¿Diría entonces que es una película optimista o pesimista respecto al tema del amor?

Diría que es una película muy realista y que según la veas te puede parecer optimista o pesimista. Porque algo que me parece que ha hecho muy bien David es que no deja una opinión clara. No se moja en ninguno de los tres personajes. Te los dibuja muy bien, pero ninguno tiene la razón, ninguno es el bueno, con lo cual no hay un cierre claro.  Está muy bien escrita porque todo es verdad. Es optimista y es pesimista al mismo tiempo. A mí me gusta mucho porque es ambigua. Y eso me parece muy arriesgado. Pero no somos perfectos ninguno, aunque lo intentemos. Y esa es una cosa que tienen en común estos tres personajes, que lo intentan hacer lo mejor posible.

¿Cree que los espectadores se van a sentir fácilmente identificados con lo que vean en la pantalla?

Yo creo que sí. Además, creo que cada cual se puede sentir reflejado en cualquiera de los personajes, incluso en el de la niña.

Macarena Sanz en el Photocall de ‘El Hombre bueno’

Macarena Sanz en el Photocall de ‘El Hombre bueno’ / Álex Zea

¿Y cómo ha sido la preparación del personaje?

Estudiar muchísimo el texto, que siempre es algo que me gusta hacer y que creo que tengo del teatro, porque como tenemos tantos ensayos y luego tantas funciones es algo que repites mucho, hasta que eres capaz de olvidarte del texto y que salga de una manera orgánica. Entonces me gusta mucho estudiar el texto y escribir como las circunstancias de antes. Cómo eran ellos, cómo se conocieron... inventármelo. Es como que escribo una novela aparte. Son cosas que luego no dices, pero que está en ti y en tu manera de mirar.

¿Cuál ha sido el mayor reto de interpretar a Vera?

Ha sido un reto toda la película. Porque es un personaje muy complejo. Yo, por ejemplo, tengo una sobrina maravillosa, que es un poco como mi hija, pero soy su tía, no soy madre. Entonces tener que imaginarme eso era un reto. Y también, como siempre, gestionar el síndrome del impostor y de pensar que no voy a saber hacer esto. Para mí actuar es un reto diario de coger tus miedos, echarlos para afuera, concentrarte en el compañero, en la escucha, y en acordarte que lo importante es contar una historia, no tú.