Juan Ramón López Muñiz se presentó ayer en rueda de prensa feliz por el triunfo del equipo y por el paso de gigante dado por los suyos camino de la Primera División. "Ha sido un partido muy duro, tres puntos conseguidos con mucho sudor, fuerza y sacrificio. Había mucha igualdad. En las segunda parte tuvimos 15 minutos en los que superamos al Celta y aprovechamos dos ocasiones de gol para remontar. Cuando remontas en un campo difícil como era éste la satisfacción tiene que ser máxima, después de 60 minutos de sufrimiento. Esperamos el momento y tuvimos suerte en los momentos clave. El equipo hizo un trabajo bueno para ganar", afirmó.

Muñiz también destacó la labor de los menos habituales. "Los que tiene menos oportunidades cuando tienen que jugar lo hacen estupendamente", dijo.

A pesar de la victoria, Muñiz no quiso lanzar las campanas al vuelo. "Hay cuatro equipos en un pañuelo y sólo suben tres. Damos otro pasito más, pero faltan 18 puntos aún. La Segunda es muy larga. Quedan seis encuentros muy difíciles en los que vamos a sufrir. Lo bueno es que el día 15 de junio sea el día bueno, porque en estos seis próximos partidos habrá partidos buenos, como éste, y partidos malos".

El técnico reconoció que hizo labor psicológica en el descanso, cuando el 1-0 para el Celta amenazaba el futuro del equipo. "Les dije en el descanso que tuvieran fe. Nunca vi una cabeza agachada. Todo el mundo confiaba en la remontada y en sus posibilidades. El equipo está ahí porque se lo merece. Ahora hay que rematar el trabajo".

Lorenzo Sanz, propietario del club, se mostró eufórico. "Hemos sufrido demasiado. Pero luego ha merecido la pena con la remontada".

Francisco Martín Aguilar, vicepresidente, reconoció tras el partido que se le había escapado alguna lágrima. "No lo pude evitar. Lo hemos pasado muy mal, pero esto vale casi por el ascenso", sentenció.