Un gol de Beausejour a la media hora de partido dio a Chile su primera victoria mundialista en 48 años y permitió al equipo de Marcelo Bielsa sumar sus tres primeros puntos ante un floja Honduras (0-1) que, por lo que demostró ayer tarde, se confirma como la cenicienta del grupo.

El último triunfo de Chile en una fase final de la Copa del Mundo se remonta al 10 de junio de 1962, cuando venció, como anfitriona, a la ex Unión Soviética en la ciudad de Santiago (2-1).

En cambio, Honduras, que aún busca el primer triunfo mundialista de su historia, tendrá que esperar, porque ayer se encontró con un rival muy superior en lo futbolístico y que mereció, por juego y ocasiones, mucho más.

Lo de Chile pinta bien. Es un equipo dinámico, veloz, atrevido, que juega con las líneas muy juntas, al que le gusta dar un buen trato al balón y practicar un fútbol atractivo. Salió a por el partido desde el primer minuto. Y lo hizo atacando sin cesar por las alas.

Aún así, a Chile le falta instinto asesino si no tiene a Humberto Suazo, su goleador, al que Bielsa reservó después de que el ´Chupete´ se haya pasado las dos últimas semanas recuperándose de una lesión muscular.

Con el ´Mago´ Valdivia de ´9´, el combinado chileno gana en creatividad, pero pierde pegada. Por eso, las numerosas llegadas de la ´Roja´ durante la primera mitad casi siempre morían antes de que pudieran ser culminadas con un remate a puerta.

Una falta lanzada por Matías Fernández y un disparo lejano de Vidal que Valladares atajó en dos tiempos fue lo más peligroso de Chile antes de que, pasada la media hora, Beausejour rematara a gol una combinación entre el propio Fernández y Vidal (0-1).

El tanto fue un premio merecido a la insistencia chilena y el justo castigo para una Honduras que se había mostrado solida en la contención, rápida en el repliegue, pero tácticamente rácana y técnicamente limitada a la hora de fabricar algo de fútbol.

Sin el otro Suazo, David, también delantero y también reservado por Reinaldo Rueda al no estar al cien por cien, la selección hondureña lo porfió todo a la solvencia de Wilson Palacios para poner pausa en la medular y los disparos lejanos de Núñez, sustituto en la mediapunta de De León, al que una lesión muscular le ha dejado a última hora fuera del Mundial.

El guión del partido no cambió tras la reanudación, si acaso, aún se puso más de cara para Chile, el único equipo que quería el balón. Mientras que Honduras intentaba controlar el choque con el repliegue, su potencia física y la organización defensiva.

Honduras no robaba, no salía, no armaba una contra que hiciera al menos recular al rival. El equipo centroamericano fue decayendo hasta acabar encerrado en su área, pero Chile fue incapaz de sentenciar por culpa de su falta de definición en los metros finales.