Desafortunadamente no todos los deportistas son como los Cristiano Ronaldo, Lionel Messi y compañía. No todos son estrellas forradas de euros. Nada más lejos de la realidad. Hay deportistas anónimos que no sólo no se ganan la vida practicando el deporte que les gusta. Cada vez es más habitual encontrarse con el grupo de los que incluso les cuesta el dinero seguir jugando pese a pasear el nombre de su ciudad y el de su equipo allí por donde van.

Es el caso de la jugadora del Club Balonmano Costa del Sol de Primera Nacional Estefi Méndez. Esta malagueña es un claro ejemplo de una deportista a la que su amor por el deporte es lo que le mantiene ligada a él.

Estefi fue campeona de España cadete con el Club Balonmano Estepona y ha sido internacional júnior, pero ni siquiera el ser una de las deportistas más cotizadas en su disciplina le salva de tener que trabajar cada día en un gimnasio para poder seguir haciendo lo que más le gusta.

«Antes no es que ganásemos mucho, pero al menos nos pagaban algo. Ahora la situación en la que está el balonmano femenino es muy complicada. Ya no sólo no nos pagan. Ahora jugamos por amor a este deporte. Para mí el balonmano es mi vía de escape del trabajo y de la universidad. En la pista es donde yo disfruto y por eso sigo», afirma la malagueña.

Estefi ha tenido que renunciar a muchas cosas por el balonmano. Empezó a jugar en el colegio y pronto empezó a destacar. Aunque es de Estepona y vivía allí con su familia, con 17 años se vino a Málaga capital para jugar en el Málaga Costa del Sol. «Me fichó el equipo y me vine a Málaga. Aquí vivía con varias chicas del equipo y terminé el Bachillerato mientras jugaba. Después estudié un módulo superior de deporte», recuerda.

Ha llovido mucho desde entonces y aquella chiquilla que llegó a Málaga sin haber terminado ni siquiera el Bachillerato, es ahora una jugadora de balonmano con una gran trayectoria –lleva 8 años en el Costa del Sol–, es entrenadora personal en el gimnasio Solinca y estudia segundo de Magisterio de Educación Física.

Pero el camino no ha sido fácil. Ni lo es. «He renunciado por completo a mi vida social entre semana. Y los fines de semana tampoco es que tenga mucho tiempo. Muchos de mis amigos se enfadan porque no los veo (risas)». Y es que Estefi se levanta a las 7.30 horas. A las 8.00 empieza la facultad hasta las 14.00 y a las 15.00 entra a trabajar hasta las 19.30. Después de esto, por si fuera poco, se marcha a Carranque y entrena con el equipo de 20.00 a 22.00. No es precisamente la cómoda vida que llevan otros deportistas.

Llegados a este punto más de uno se pregunta, ¿por qué sigue jugando en un equipo? Ella lo tiene claro: El balonmano es su vida. Es su vocación. De hecho, su sueño es jugar en la División de Honor, en la elite nacional. «Este año me han llamado equipos de Murcia y Alicante pero las ofertas –de 600 euros– no me daban para vivir. Significaba salir de mi casa, dejar mi trabajo y mis estudios, y todo por algo que no me da estabilidad. Ojalá un día lo consiga. A mí lo que me gustaría es conseguirlo con el Costa del Sol, que es donde me han tratado como en casa», comenta.

A Estefi se le dibuja una sonrisa cuando recuerda algunos de los momentos que ha vivido en este deporte –esas pequeñas cosas que le hacen seguir adelante–. Su mejor recuerdo es de cuando tenía 15 años: «En el año 2000 nos proclamamos campeonas de España cadetes en Murcia con el Club Balonmano Estepona. Mi mejor recuerdo es cuando llegamos a casa, cómo nos recibió la gente del pueblo. Fue increíble. Aquello además le dio un empujón a la gente para apoyar el balonmano femenino, algo que hoy sigue haciendo tanta falta», afirma.

A raíz de aquel éxito Estefi recibió la llamada de la selección española. Tenía 16 años y jugó la Copa Latina –la antesala del Europeo a nivel júnior–. Pero Estefi no pudo cumplir aquel sueño ya que se lesionó en un tobillo y se quedó sin ir al Europeo. No obstante, desde entonces todo ha sido sumar. Ha jugado cinco fases de ascenso con el Costa del Sol y trabaja duro cada día para alcanzar sus sueños. Siempre ligados al deporte.