El Barcelona derrotó al colista, Real Zaragoza, en un partido cómodo, en el que no le dio opciones gracias a dos goles de Leo Messi y en el que el equipo catalán se vio beneficiado por la expulsión del zaragocista Leo Ponzio a poco de comenzado el segundo periodo.

Al conjunto catalán le costó 42 minutos ponerse por delante en el marcador ante un rival disciplinado y que trabajó con la líneas muy juntas pero que apenas creó peligro en todo el encuentro.

El técnico zaragocista, José Aurelio Gay, ante la sangría de goles que sufría su equipo optó por intentar fortalecer su defensa colocando hasta cinco efectivos. El objetivo era frenar los pases interiores del conjunto catalán, que jugó sin prisa, manejando el balón ante un Real Zaragoza que corría permanentemente detrás del esférico y al que le sostenía su fe en el empate inicial y que en los primeros minutos el conjunto de Pep Guardiola no conseguía engarzar jugadas que acabaran en remates peligrosos.

De hecho, fue el Zaragoza el que tuvo la primera oportunidad clara del partido, en el minuto 19 por medio de Braulio. El Real Zaragoza se mostró ordenado y no perdió el sitio evitando las entradas de su rival por el centro a costa de que su posesión de balón fuera prácticamente nula.

Cuando la primera mitad caminaba hacia su final un gran movimiento de Villa en un contragolpe consiguió sacar de zona a la parte central de la defensa local y dar un pase a Messi que lo dejó solo ante Toni Doblas, al que el argentino batió por bajo.

Si para el equipo maño las cosas estaban complicadas la puntilla fue la expulsión de Ponzio a los dos minutos de la segunda mitad, lo que provocó que, con el marcador a favor y con un efectivo más, el equipo azulgrana de dedicara a tocar y tocar.

El Real Zaragoza era un convidado de piedra en su propio estadio corriendo detrás del balón. De nuevo Messi, en el minuto 66, de disparo raso, dio la puntilla al Zaragoza y al partido.

Los maños tiraron entonces de orgullo ante su afición. Tenían muy asumido que el sueño de al menos puntuar pasaba por dejar virgen la meta de Doblas. Y esa opción caducó en el esprint final de la primera parte.