El piloto de MotoGP Héctor Barberá, detenido el pasado viernes por conducir ebrio, realizando maniobras de zigzag y saltándose varios semáforos en rojo, reconoció ayer ante el juez todos los hechos y aceptó una condena de diez meses de privación del permiso de conducir y una multa de 1.200 euros por un delito contra la seguridad vial. De esta forma el piloto valenciano, que ayer todavía seguía negando la evidencia, sólo podrá ponerse al volante de un coche o subirse a una moto en un circuito cerrado hasta el próximo mes de noviembre, cuando expire la sanción impuesta por el titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Valencia. El piloto de Pramac Racing fue parado por una patrulla de la Policía Local de Valencia a las 3.45 horas del sábado después de que los agentes observaran cómo, tanto el Opel Astra que conducía Barberá como un Porsche Cayman, circulaban saltándose varios semáforos «dando la sensación de estar efectuando una carrera».