Resultados de 2023

Los bancos ganan 24.358 millones en España y rozan ya el máximo de la burbuja inmobiliaria

La desigual traslación del alza de tipos a los créditos y los depósitos disparó los ingresos por intereses del sector un 52%

La morosidad de las hipotecas da síntomas de contención en el cuarto trimestre tras crecer durante buena parte del año pasado

La fachada del Banco de España en Madrid, en una imagen de archivo.

La fachada del Banco de España en Madrid, en una imagen de archivo. / David Castro

La subida de los tipos de interés oficiales para combatir la inflación ha llevado los beneficios de los bancos por su negocio en España hasta un nivel desconocido en 16 años. Las entidades ganaron 24.358 millones de euros el año pasado en el país (sin tener en cuenta su negocio internacional), según ha publicado este viernes el Banco de España. La cifra supone un incremento de 4.927 millones y un 25,3% respecto a 2022 y la cantidad más elevada desde el máximo histórico de 25.111 millones que obtuvieron en 2007, en pleno pico de la burbuja inmobiliaria. El resultado hubiera superado esa cota de no ser por el 'impuesto' a la banca impulsado por el Gobierno, que restó 1.263 millones a las principales entidades.

Incluso si se tiene en cuenta el efecto de la inflación (que hace que una cantidad de hace años equivalga hoy en día a una cifra mayor), las ganancias de los bancos en España son las más altas desde 2007 (33.422 millones aplicando el IPC acumulado) y las cuartas más elevadas de la historia, solo por detrás de las de aquel ejercicio, 2006 (32.690 millones) y 2005 (25.798 millones). Se puede alegar, eso sí, que los beneficios de aquellos tres ejercicios no son un buen punto de comparación porque estaban dopados por la burbuja inmobiliaria y escondían las cuantiosas pérdidas que afloraron en los años siguientes, provocando la mayor crisis bancaria de la historia moderna española.

La desigual traslación del alza de los tipos de interés a los productos bancarios es el principal factor que explica la mejora del beneficio. Los créditos se encarecieron de forma vertiginosa al reflejar el incremento de los tipos oficiales del Banco Central Europeo (BCE), mientras paralelamente las entidades retrasaron el mayor pago por los depósitos para que sus cuentas se beneficiaran lo máximo posible de los mayores ingresos por los préstamos. Así, su margen de intereses -ingresos por la diferencia entre lo que cobran por los créditos y pagan por los depósitos- ascendió el año pasado a 37.244 millones de euros, 12.809 millones y un 52% más que en 2022 y la segunda cantidad más alta de la historia (solo por detrás de los 43.034 millones de 2009).

Beneficio total

Pese al entorno de alta inflación, los gastos del sector en España crecieron mucho menos que los ingresos (un 6,3%, hasta los 26.590 millones). Junto al también menor incremento de las provisiones para absorber futuras pérdidas (9,6%, a los 7.085 millones), permitió que el resultado antes de impuestos mejorase un 33%, a los 28.880 millones. El pago del impuesto de sociedades se más que dobló, al pasar de 2.149 millones a 4.380 millones, lo que explica que la mejora final del beneficio fuera del 25,3%. La cantidad pagada por el tributo respecto al resultado antes de impuestos pasó del 11% al 17,9% (el tipo de sociedades para la banca es del 30%, pero se aplica sobre una base imponible que registra una serie de ajustes por bonificaciones y deducciones).

El beneficio total del sector español -incluyendo otros negocios como el internacional- se conocerá cuando el Banco de España lo publique en abril, pero entre enero y septiembre ya ascendió a 24.560 millones, un 25,9% más que en el mismo periodo de 2022. Con toda probabilidad, así, la cifra final superará los 25.418 millones de 2022, que ya supusieron la cantidad más elevada desde los 30.640 millones de 2007. De hecho, los diez principales bancos del país, que ya han presentado resultados, ganaron 28.005 millones el año pasado, 6.211 millones y un 28,4% más que en 2022. La cifra del conjunto del sector será solo algo más alta, ya que el resto de entidades tienen una cuota de mercado muy inferior. 

El fuerte incremento de los beneficios bancarios ha provocado una ola de críticas sociales y políticas en los últimos dos años y ha sido esgrimido por el Gobierno para impulsar el 'impuesto' al sector, que PSOE y Sumar han pactado convertir en permanente. Precisamente, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, propuso el pasado fin de semana en una

que las entidades puedan deducirse de dicho gravamen las cantidades que destinen a reservas y capital. Sin embargo, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lo vino este jueves a descartar: "Vamos a diseñar el impuesto para que las entidades financieras también contribuyan a la financiación de los servicios públicos, no a que puedan pasar mejor el test de estrés". Los bancos han recurrido dicho gravamen y esgrimen que su rentabilidad es solo "razonable" y está "en línea" con la que le exigen los inversores

Morosidad contenida

El Banco de España, por otra parte, también ha actualizado este viernes los datos de morosidad. La hipotecaria se situó en diciembre en el 2,58%, prácticamente igual que en septiembre (2,56%), con lo que da signos de estabilización tras subir desde el 2,32% de 2022. El saldo de hipotecas morosas, de hecho, bajó ligeramente en el cuarto trimestre del año pasado (un 0,07%, hasta los 12.307 millones), con lo que rompió con los crecimientos notables de los dos trimestres anteriores (443 y 493 millones, las cantidades más elevadas desde marzo de 2014). La tasa subió porque el saldo de hipotecas descendió más que las hipotecas impagadas (0,66%), pero las cifras parecen apuntar a que las familias están pudiendo absorber el fuerte alza de las cuotas gracias a la buena evolución del empleo.

De hecho, también bajaron entre septiembre y diciembre la morosidad de los créditos al consumo (del 4,34% al 4,28%) y el resto de créditos a las familias (del 7,25% al 6,72%), mientras que se mantuvo estable la tasa de créditos de dudoso pago de las empresas (en el 4,06%). En enero, sin embargo, se produjo un pequeño deterioro. La tasa general de morosidad -de la que hay datos más actualizados- se situó en el 3,61%, frente al 3,54% de diciembre, con un crecimiento del saldo dudoso del 0,56%, hasta los 42.104 millones. En cualquier caso, la morosidad sigue en niveles contenidos, lejos del 4,79% de antes de la pandemia.