Telecomunicaciones

Arabia Saudí mantiene su plan en Telefónica y llegará al 9,9% para casi igualar al Estado español

STC no cambia su hoja de ruta tras la irrupción de SEPI para ser el mayor accionista de la teleco, pero sigue sin dar fecha para pedir permiso al Gobierno para elevar su participación.

Mohamed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí.

Mohamed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí. / EP

David Page

El Gobierno español se lanza a blindar Telefónica y a proteger su españolidad y su autonomía por considerarla estratégica para el país. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha recibido el mandato del Ejecutivo de comprar una participación de hasta 10% de la compañía para convertirse en su mayor accionista y contrarrestar la irrupción de Arabia Saudí en el capital de la teleco española.

Tras el terremoto por el anunciado regreso del Estado español al capital de la operadora un cuarto siglo después de completarse su privatización, Saudi Telecom (STC), la teleco controlada a su vez por el Estado saudí, mantiene intactos sus planes y continúa con su intención elevar su participación hasta el máximo comprometido en el anuncio de hace ya tres meses, según confirman fuentes próximas a la compañía árabe, que no valoran el movimiento del Ejecutivo español.

Saudi Telecom anunció a principios de septiembre la compra de una participación directa del 4,9% de las acciones de la compañía española y de otro 5% de manera indirecta mediante derivados financieros, por un total de unos 2.100 millones de euros. El objetivo de la compañía saudí sigue siendo elevar la participación hasta el 9,9%, a pesar del movimiento de defensa del Gobierno español para conformar un nuevo núcleo duro español en la teleco junto a Caixabank-Criteria y BBVA.

STC debe pedir permiso al Gobierno si quiere ejercer un control accionarial en Telefónica por encima del 4,9% o, sin superarlo, si pide un asiento en el consejo de administración del grupo español, debido a las vinculaciones de la compañía con la defensa y la seguridad nacional españolas. Tres meses después de la operación, la operadora saudí sigue sin mover ficha y no ha formalizado la petición, sigue sin desvelar cuándo lo hará y sigue sin confirmar si solicitará sentarse en el consejo de administración del grupo español (el mercado da por descontado que reclamará al menos un asiento).

La operadora árabe, controlada en un 64% por uno de los fondos soberanos de Arabia, se ha estado moviendo en los últimos meses para tranquilizar los ánimos y confirmar las intenciones amistosas de la operación, tanto públicamente como en varias reuniones con el presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete. Saudi Telecom aprovechó la presentación de sus resultados trimestrales para prometer "cooperación" con Telefónica y mostrar su plena "confianza en el crecimiento y el potencial al alza" del grupo comandado por Pallete.

"Telefónica es una de las mayores compañías de telecomunicaciones del mundo con presencia en mercados principales como España, Alemania, Reino Unido y Brasil. Esta inversión busca fortalecer la cooperación entre las dos compañías para que se beneficien de todas las oportunidades disponibles en el futuro", indicó el consejero delegado de STC, Olayan Alwetaid. Desde Saudi Telecom se subrayó que la operación como un “hito en la estrategia de expansión y crecimiento” del grupo y que la transacción misma es una muestra de confianza en el “crecimiento sostenible y el potencial al alza” de Telefónica.

Un nuevo núcleo duro español

La entrada de SEPI permitirá conformar un reforzado núcleo estable de socios españoles en su intento de blindar el control de un grupo que el Gobierno considera estratégico, por su vinculación con defensa y la seguridad nacional y por su papel clave en el sector de las telecomunicaciones y la tecnología. El holding público ha comprometido su “vocación de permanencia” para proporcionar “mayor estabilidad accionarial”.

El nuevo núcleo duro de accionistas españoles lo integrarían la propia SEPI con esa participación de hasta el 10%, junto a los dos grandes socios que han venido dando estabilidad accionarial a la compañía y que tienen intención de seguir haciéndolo: BBVA (4,87%) y Caixabank (3,5%, que suma otro 2,5% en manos Criteria, el brazo inversor de Fundación Caixa). La suma de los tres paquetes superaría el 20% del capital de la teleco y desbordaría con creces el 9,9% al que aspira controlar Arabia Saudí. El movimiento del Gobierno, no obstante, ha pillado por sorpresa al resto de accionistas, que daban por hecho que el paquete que acabaría adquiriendo SEPI sería del 5%.

La adquisición de esa participación supondrá el regreso del Estado al capital de Telefónica 24 años después. Durante los noventa, los gobiernos de Felipe González y José María Aznar diseñaron y ejecutaron varios proceso de privatización que quedaron formalmente concluidos en 1997, pero que se completaron definitivamente hasta la venta en 1999 de la última participación pública residual del 0,2% que aún quedaba.

La regreso del Estado español al capital de la compañía emula las participaciones directas que tienen otros Gobiernos europeos en su grandes telecos: Alemania ostenta un 13,8% del capital de Deutsche Telekom; Francia dispone de un 13,4% en Orange; e Italia ha adoptado un acuerdo para incrementar hasta el 20% su participación en la compañía que agrupa los activos de telefonía fija de Telecom Italia.

Telefónica ha eludido valorar el plan del Gobierno de entrar en su capital como principal accionista y se ha limitado en una comunicación a la CNMV a subrayar que continúa centrada en la ejecución de su nuevo plan estratégico hasta 2026, con el objetivo de "seguir creando valor para sus accionistas" . La compañía también se zafó de hacer comentarios sobre la irrupción de Arabia en su capital el pasado septiembre, apuntando que tomaba nota de la "aproximación amistosa" de STC y de que la operadora saudí había mostrado su "apoyo al equipo directivo, a la estrategia de Telefónica y de su capital para crear valor".