La cineasta catalana inició ayer el concurso del Festival de Málaga con «Ayer no termina nunca», drama que centra su mirada en el pasado de una pareja (encarnada por Candela Peña y Javier Cámara) rota tras la muerte de su hijo y que, además, vive los estragos de una cada vez más profunda crisis económica que alcanza el año 2017.

Demuestra mucha valentía por su parte entrar en la competición de Málaga.

Sólo le tengo miedo en la vida a dos cosas: que le pase algo a mi hija y a las serpientes. Lo demás no me da miedo. Además, Málaga es un ciudad que me encanta. Durante años me han atacado tanto, con que si hacía cine en inglés, con que si hacía cine español... He hecho una película en español que habla del ahora y del aquí, aunque esté situada en el 2017, con actores que, para mí, son los mejores de nuestro cine... ¿Por qué no traerla aquí? Que nos vamos sin premio, pues qué le vamos a hacer. Que nos llevamos algo, pues estupendo. No mido las películas por lo que ganen ni dejen de ganar.

Sitúa la historia en un futuro cercano, aunque más bien parece el presente...

Es hoy, claro. Me encantaría pensar que las cosas que van a pasar no son las de la película. Ojalá... Lo que pasa es que si seguimos haciéndolo todo tan mal y con tanto agravio comparativo... Soy la persona menos nacionalista del mundo y no entiendo cómo se puede pensar que separándonos se puede ir a mejor.

¿Conoció la noticia del proyecto de Eurovegas mientras escribía el guión?

Para mí Eurovegas es otro síntoma de lo que no debe ser. Pienso que es justamente el tipo de negocio que puede dar trabajo a una cierta gente durante un cierto tiempo, pero que al final el dinero se lo va a llevar este señor [en referencia al empresario estadounidense Sheldon Adelson], que está en un banquillo por financiación ilegal al partido republicano y que ha protagonizado uno de los juicios más largos de la historia de Estado Unidos. La pasta de Eurovegas se la llevará este señor y los intermediarios de este señor.

La cantidad de españoles que deciden salir del país para mejorar su situación también se ve reflejada en el discurso de la película. ¿Cree que, como hace el personaje de Candela Peña, lo valiente y consecuente es quedarse para solucionar este desmadre?

Entiendo a los dos: tanto al que se va como al que se queda. Yo siempre he optado por ser de los que se va. Pero no sé... Igual sí que es el momento para que las cosas cambien o desaparezcan, como la monarquía. Y hacerlo sin gritos ni tumultos, de una manera tranquila.

Sin llegar al escrache...

Por carácter, el escrache no es lo mío. Pero puedo entender perfectamente que el señor de las preferentes se vaya a casa del banquero a reclamar su dinero.