Después inaugurar el pasado año su nueva línea de actuación para abrise al mundo del cine iberoamericano, el Festival de Málaga Cine en Español prosigue la senda marcada en su vigésimo primera edición -del 13 al 2 de abril- con una sección oficial que presenta once filmes españoles y nueve cintas latinas (una más que el pasado año). Además, el gran protagonista de este año será el realizador mexicano Guillermo del Toro, que acudirá a recoger el Premio Málaga después de haber arrasado en los Oscar con su último trabajo, La forma del agua, que recibió cuatro estatuillas de Hollywood, incluidas las de mejor película y mejor dirección.

Su director, Juan Antonio Vigar, ha ido modelando año tras año un festival ya consolidado gracias a que desde 2012 ya tenía en mente su hoja de ruta y una de ellas era abrir el campo de acción del certamen al mundo hispanohablante. Este nuevo rumbo emprendido en 2017 ha multiplicado la resonancia del festival en la industria española e iberoamericana, lo que ha elevado sustancialmente los datos de participación. Ahora el nuevo reto es fijar para el mes de marzo la celebración definitiva del festival.

Este año se han presentado 2.286 películas a las distintas secciones del festival, de las que más 400 optaban por formar parte de la sección oficial de largometrajes. ¿Les ha resultado más complicado de la cuenta armar la competición de esta edición?

Siempre lo es, siempre es complicado. Fundamentalmente porque partimos de un conjunto de películas muy grande. En este caso, han sido más de 400. Son muchas para que no abordemos esta labor con la complejidad y responsabilidad necesaria para intentar ser ecuánimes y razonables en nuestra selección. Es complejo. Porque una alta inscripción siempre supone elegir y descartar. Y no es sencillo. Nos hemos encontrado con muchas películas que nos hubieran parecido interesantes para la sección oficial y que luego, para que la sección oficial sea abarcable y razonable para el jurado, el público y prensa, hemos tenido que descartar. Una sección oficial no debe superar la veintena de películas. Veinte es un límite que nos hemos impuesto no rebasar, y eso implica dejar fuera esas cintas que entendíamos que tenían la calidad suficiente.

Estas semanas anteriores al festival han estrenado películas Santiago Segura, Javier Fesser, Calparsoro, León de Aranoa? ¿No cree que el festival, que cada año cambia de mes la fecha de su celebración, debería tomar nota de esta tendencia y fijarse en el calendario?

Hasta ahora, esto ha sido una circunstancia inevitable porque en la historia del festival siempre hemos querido equilibrar la fecha más conveniente para los estrenos con la posibilidad de realizar acciones de calle. Somos un festival que vive mucho en la ciudad y buscábamos cierta estabilidad climatológica. Esto hacía que si la Semana Santa se venía a marzo, nosotros nos íbamos a abril, buscando de los dos elementos del equilibro el de la meteorología. Pero como fórmula me parece que no tiene futuro. Y te confirmo que el objetivo es quedarnos en marzo. En los próximos años el festival se quedará en marzo, independientemente de las fechas de la Semana Santa.

¿Podría ocurrir que las procesiones y la alfombra roja coincidieran en el tiempo? ¿En ese caso, no sería contraproducente para la ciudad?

No se van a solapar. No tiene porqué. Nosotros vamos a mantener la separación de tiempo que hasta ahora estamos teniendo con la Semana Santa. Somos respetuosos con las necesidades que tienen la agrupación de cofradías para colocar en la vía pública las tribunas, sillas y todos los elementos necesarios. Y nosotros también necesitamos colocar nuestros soportes y mobiliario urbano. Por lo tanto, siempre vamos a estar con los márgenes suficientes para poder convivir con la Semana Santa sin ningún problema. Pero no nos vamos a ir a abril. El año que viene y el siguiente, nuestra idea es comenzar en torno al 15 de marzo. Pero dentro de tres años la Semana Santa se viene a marzo y nosotros nos iremos al inicio del mes. Creo que Málaga es una ciudad tan maravillosa en lo climatológico que excepto los años singulares como este, que se ha producido un atípico índice de lluvia por encima de lo normal, marzo suele ser un mes muy estable que nos permitirá seguir estar en contacto con la ciudad y vivir la calle. Pero es cierto que estando en marzo nos situamos en una fecha más favorable para la industria, porque permitimos que los estrenos se vayan produciendo en las fechas en las que hay mayor afluencia de público a las salas. Basta con analizar las estadísticas, que nos dicen que mayo y junio son meses menos buenos para los estrenos. Y siendo sensibles a esa petición que nos hacen desde el sector vamos a instalarnos definitivamente en el mes de marzo. Algo que, en gran medida, también favorecerá los intereses del audiovisual.

La apertura del certamen al cine «en español» ha hecho que, desde el pasado año, sea una cita internacional. ¿No requiere este cambio de un crecimiento en el presupuesto y en la propia estructura del festival?

Creo que eso tiene diferentes lecturas. Somos una empresa municipal que tiene una pequeña estructura de personal estable durante todo el año y que luego, con la llegada del festival, recurrimos a empresas y profesionales externos que nos ayudan a hacer viable nuestro esfuerzo. Desde el punto de vista de los recursos humanos de los que disponemos, creo que hemos activado los mecanismos para que esto sea posible. Evidentemente, sí que se requieren más recursos económicos, no solo por el mayor número de invitados sino por su procedencia.

¿Cómo lo va a conseguir?

Llevo varios años señalando que el festival está alcanzado un grado de interés para los patrocinadores privados que nos está permitiendo poder crecer gracias al impulso y el apoyo de empresas privadas e instituciones que no son el Ayuntamiento de Málaga. Creo que el Ayuntamiento ha realizado una apuesta muy importante en los tiempos difíciles por mantener el festival, cuando la política general de todos los ayuntamientos era la de cerrar y clausurar eventos culturales de esta naturaleza. Y eso es algo que merece todo tipo de elogios. Mi idea es, en la medida de lo posible, buscar un mayor equilibrio entre la aportación económica municipal y la que nosotros consigamos mediante recursos propios, que en este momento empieza a estar bastante equilibrado. Pienso que el esfuerzo del Ayuntamiento es muy importante y que no cabe exigirle en este momento un mayor esfuerzo económico si somos capaces de proseguir en la línea en la que estamos.

El festival, al ser ahora una convocatoria internacional, es capaz de todo lo imaginable. Y la visita de Guillermo del Toro, el gran vencedor de los Oscar, es una prueba de ello.

Efectivamente. Y también va a ocurrir este año con Ron Perlman. El inolvidable Hellboy tendrá un encuentro con Guillermo del Toro porque participa en la película cubana Sergio y Serguéi. Creo que pasar de «cine español» a «cine en español» nos ha hecho pasar a ser un festival internacional. Y eso nos hace aspirar a que Málaga reciba nombres internacionales de primer nivel. En la medida en la que podamos seguir en esta línea nos puede aportar grandes alegrías de cara a recibir personalidades del sector. En este sentido, y así me lo aseguró el año pasado, Antonio Banderas nos ayudará en la medida de lo posible.

¿Ser el festival de cine de España más seguido en las redes sociales es un triunfo del que también deben sentirse orgullosos?

Relativizo siempre la palabra triunfo como la palabra fracaso. Nunca somos tan maravillosos ni tan malos. Lo que siempre he considerado es que el festival tenía que crecer en el ámbito internacional. Y eso hoy día se consigue fundamentalmente por dos vías. Una, que ya veníamos desarrollando, son las redes sociales. Hoy día las redes son el gran escaparate para dar a conocer lo que haces. Pero nos faltaba también algo que este año consideramos importante: darle dimensión a un pequeño holding interno de comunicación. Así, este año tendremos una mejorada Web Tv, con la que intentaremos ofrecer un mayor número de horas de programación propia, y también vamos a crear una radio online y ampliar el número de páginas de nuestro periódico. Es un trabajo que nos planteamos con el máximo rigor y seriedad. Queremos tener una política de comunicación que sea coherente y rica en recursos.