Pavor

Me cuentan que en el pase mañanero de La boda de Rosa un espectador o acreditado se cayó al suelo, de manera más o menos estrepitosa (pero sin más consecuencias). Y me dicen que lo que en nuestra era pre-Covid el accidente habría motivado murmullos, cotilleos y atención, claro, ayer fue otra cosa, que por un momento el tiempo se detuvo. Maldito miedo.

Tiempos shakespearianos

Antonio Álamo, codirector de Mi gran despedida, que se presentará en el off del certamen, resumió muy bien la situación para los compañeros de la Agencia Efe: «Shakespeare tuvo que cerrar su teatro varias veces por la peste (dicen que El Rey Lear y Macbeth fueron creadas durante una de esas epidemias), pero siempre acababa reabriéndolo».

No le toquen las narices

La carismática Itzíar Castro compartió con sus seguidores en las redes sociales un selfi en el AVE: «Camino al Festival de Málaga para disfrutar del cine español», escribió como acompañamiento a la autofoto en la que, por cierto, muestra una singular mascarilla, con la frase (en catalán) No me toques las narices.

Como le vean los provida...

No vamos a desvelar su identidad (por aquello de no hacer spoilers) pero hay un actor que este año repite en la Sección Oficial con dos papeles en dos películas muy diferentes pero con una característica en común muy singular: en ambas cintas embaraza a su pareja romántica/sexual y le pide que aborte. Ya es casualidad...

Kit festivalero

Fiel a su cita con el Festival de Málaga, el periodista de TVE José Fernández compartió el kit de prensa del certamen: «La mochila de rigor, abanico, vino, aceite de oliva y mascarilla». En fin, que alguien aproveche los hectólitros de Cartojal que habían sobrado por la suspensión de la Feria...

Paula Usero y su fandom

Ni Candela Peña, ni Sergi López, ni Juana Acosta... La que levantó pasiones ayer fue la joven Paula Usero, una estrella en ciernes (conocida por la serie Amar es para siempre y que está francamente bien en La boda de Rosa) que tiene un fandom acérrimo y entusiasta. Lástima que le haya tocado vivir la edición menos cálida y más distanciada del Festival de Málaga, porque su alfombra roja con público podría haber sido apoteósica.

¡Nos vamos de boda!

Veo las imágenes del alcalde, Francisco de la Torre, gente del certamen, actores y actrices en la entrada del Gran Hotel Miramar rumbo al Teatro Cervantes y es inevitable pensar que la cosa parece una boda más que un festival de cine.

«Con la que está cayendo».

¿Cuánto tardaremos en leer y oír a tantos y tantas quejándose de los modelitos de la gente del cine español «con la que está cayendo»?