Diario de Lecturas

Aquellos que ven viudas negras

María Asunción Mateo, viuda de Rafael Alberti, en un libro reciente ajusta cuentas con esos cuchicheos que la rodean

Asunción Mateo junto a Rafael Alberti.

Asunción Mateo junto a Rafael Alberti.

El prejuicio contra Yoko Ono, viuda de John Lennon y mujer con una carrera propia de lo más curiosa, lo comporten muchos aficionados de The Beatles, esos que culpan a la artista japonesa del fin del gran sueño pop, los mismos que desean que su banda favorita hubiese seguido siempre unida, para así explotar hasta la náusea sus logros pasados con un buen montón de música prescindible –algo que saben bien los fans de los Rolling Stones -. En literatura, tenemos unas cuantas Yoko Ono que han tenido que soportar las miradas aviesas y los cuchicheos a su paso; así pasó con María Kodama, viuda de Jorge Luis Borges, o con Marina Castaño, segunda esposa de Camilo José Cela. Y en estas, se une a este poco deseable club María Asunción Mateo, viuda de Rafael Alberti, y que en un libro reciente ajusta cuentas con esos cuchicheos que la rodean. La cosa se ha puesto interesante, porque Luis García Montero ha dejado sus maneras blandas de mandarín para coger los guantes de boxeo e intentar partirle la cara (pública) desde El País: «María Asunción Mateo ha publicado un libro para contar las penalidades sufridas por ser viuda de Rafael Alberti. Ha mentido como siempre, pero ninguno de los atacados hemos necesitado contestar» dice el poeta en una contestación muy dura que dice no necesitar. Ya tenemos polémica otoñal.