Marta López Luaces: El llanto de los pájaros

Hallar el alma de las cosas, navegar por sus procelosas aguas e impregnarse de sus aromas, tocarla y comprender, ahondar en todos los significados, vaciarse a sí mismo desde una mirada serena y limpia. Todo parte de la Naturaleza. La observamos, pensamos y luego, si acaso, nos atrevemos a crear algo nuevo, que trascienda la realidad que gozamos o nos atormenta, ni mejor ni peor, sino otra, creada, inventada, imaginada realidad. Vivimos tiempos difíciles, en los que, por desgracia, la poesía se confunde y menosprecia. Casi nada existe, y lo poco que queda es liviano, nimio, una carga excesivamente pesada como para echarla a las espaldas y seguir el camino. Alguien dijo alguna vez que la función del escritor es cambiar el mundo. Pero, ¿puede, realmente, un poeta cambiarlo? En una sociedad tan egocéntrica como la nuestra, dudo mucho que sea posible. No obstante, seguimos caminando… como así lo hace la poeta Marta López Luaces (A Coruña, 1964), con esta nueva entrega ‘Talar un nogal’, publicado por la editorial Tigres de papel.

No es la primera vez que me acerco a la obra poética de López Luaces, con anterioridad lo hice con el libro ‘Después de la oscuridad’, del que escribí: «Así, lo que llama más la atención de este poemario es su original estructura, la tensión que logra establecer a través de las palabras y los silencios, de la reiteración de algunos versos como una letanía inagotable que marca la pauta o clave poética («El Imperio del Sur reinaba sobre nuestras cabezas», o, «Y porque hubo visiones / hubo sueños / hubo formas / hubo / sustancia / hubo materia / hubo elementos del poema como racimos de esplendor», o, «El Usurpador de los Sueños acecha», que nos advierte del peligro continuo y constante en el que se halla la humanidad» y, también, su libro antológico ‘Y soñábamos con pájaros volando’, aunque otros poemarios sean de su autoría, como ‘Distancias y destierros’, ‘Las lenguas del viajero’, ‘Memorias de un vacío’ o ‘Los arquitectos de lo imaginario’.

De todos los libros citados, ‘Después de la oscuridad’, en mi opinión marca el camino de lo que hasta hoy conocemos de López Luaces, de tal manera que existen algunos elementos de su poesía que se integran para construir un corpus que será determinante y esencial en su manera de ver el mundo, su mundo poético: estructura, tensión discursiva, los silencios, letanía inagotable, entre otros. Elementos, como digo, trascendentales que se repiten o reiteran en este último libro, ‘Talar un nogal’, en el cual tanto el maltrato a la naturaleza, como los feminicidios son los temas principaless feminicidios son los temas principales.

Estructurado en tres partes: «Talar un nogal», «Matar a un animal» y «Asesinar a una mujer», el sujeto poético transita y observa el mundo que le rodea. Abre la primera parte con una cita bíblica, Génesis 2,21: «El hombre impuso nombre a todos los ganados, a todas las aves del cielo y a todas las bestias del campo», para adentrarse así en plena naturaleza y descubrirnos así los árboles, las plantas o las flores extintas ya o en peligro de extinción: «Los árboles buscan desde lo alto / la tierra / las raíces se extienden / desde las riberas / a las marismas / necesidad de altura: / arces, abetos, acacias, chopos, fresnos, magnolias, tupelos / las camelias se ofrecen para el rito». [El olivo de Santa Helena, Isla de Pascua, extinto en 1994]. La segunda parte, «Matar a un animal», presenta citas de , J.F. Kennedy, Pitágoras y Mahatma Gandhi. Tanto en la primera como en la segunda parte el sujeto poético toma forma de halcón; es la altura su territorio y el vuelo libre sobre el cielo azul le permite una mejor visión de cuanto acontece abajo: «el halcón se alza / la cadencia de su vuelo / palpa la brisa y su lenguaje / sin laderas ni desfiladeros / siente la destrucción del reino [La Tortuga Gigante de Punta, Galápagos, extinta en 2012]». La tercera parte, «Asesinar a una mujer» muestra dos citas más, una de Elsa Cross y otra de Ovidio. López Luaces concentra en esta parte, tal vez toda su impotencia y dolor, el llanto de los pájaros, que es su llanto también ante todas las muertes y las torturas sufridas por las mujeres, por todos los feminicidios cometidos en el mundo. El sujeto lírico es ahora mujer solo, la noche es negra y el silencio una daga que se clava cada día en el corazón. Surge entonces el cuervo, negro como el vacío, como el alma humana, «una bandada de cuervos cruza la noche / alquimia de negro sobre negro»; el cuervo es el terror, la mano violenta que golpea a las mujeres, que clava el cuchillo o dispara un tiro certero en la nuca. La voz poética se hace intensamente humana y el silencio es un grito que no cabe en el mundo, entonces, «¿cómo recibir la palabra de las silenciadas para siempre? ¿Dónde los justos?, «sin alma no hay dolor». Y por ello, López Luaces no deja de preguntarse, de emprender un viaje hacia las entrañas de la oscuridad para hallar la luz: «¿quién con su canto conjurará la luz? / ¿qué placer podrá ser amar / con, desde, por, para / la paz?». El deseo de ser, de trascender lo meramente material para convertirse en alma, en abierta esperanza. De esta manera López Luaces conjuga verso y prosa, para mostrarnos la cruda realidad con cientos de horribles feminicidios: «—Nuestras vidas truncadas, nuestros cuerpos violados, quemadas, las sin-boca exigimos, con el pecho agujereado gritamos, desde el vientre llamamos a las vidas que nos robaron, sin ojos desbordados de lágrimas nuestras cuencas vacías. Porque no somos Proserpina: no resucitaremos, no habrá madre ni bálsamo de leyendas y mitos que nos devuelvan la vida. Sin sudario somos restos en el desierto febril de un tiempo marcado por un falso sentimiento de deseo sin pasión se cifra la violencia. ¿Qué negra catarata se despeña por el interior de nuestro tiempo?» [España: 99 feminicidios en 2017].

'Talar un nogal' es una composición sorprendente, innovadora y, sobre todo, humanista, con la cual López Luaces profundiza en la siniestra realidad para conducirnos a través de la palabra y sus silencios a la poesía como verdadera luz del mundo.