Poesía

Jon Fosse: en el furor del frío

Sexto Piso publica en español el primero de los dos esperados volúmenes que reúnen la poesía del reciente Premio Nobel

Un libro impactante, en forma y fondo, que amplía en su cuerpo central la extraordinaria propuesta del autor noruego; acaso la noticia del año en una escena, la poética, gobernada a menudo por el desencanto y la vuelta a lo mismo

Jon Fosse.

Jon Fosse. / Lucas Martín

Lucas Martín

El Premio Nobel acumula tantas distracciones, algunas de ellas de naturaleza política o bastarda, otras más difíciles de comprender, cuando no directamente imperdonables, que hacen que empiece a ser normal que su concesión genere desconfianza. Especialmente, en la que se supone que es su faceta más literaria, que es la de reconocer, en el sentido de distinción, pero también de reivindicación, a autores que, por el componente azaroso y sináptico que arrastra a su paso todo sendero de lecturas, no han pasado lo advertidos que su obra mereciera. En las últimas ediciones ha habido sorpresas para todo tipo de experiencias y gustos; recuerdo, a titulo particular, y con permiso de Le Clézio, la euforia casi futbolera que me produjo la designación de Tranströmer, al que había comenzado a disfrutar a través de la primera edición de Nórdica, y más remotamente, mediante la cita previa de un poema de Carver que me pasó un amigo. Mucho se habla en literatura del placer de los happy few, el regodeo elitista en pertenecer a una comunidad minoritaria con paladar más o menos exclusivo, pero poco, y así nos va, de la que es y debería ser la mayor satisfacción de quien asume la responsabilidad de escribir sobre libros: poder compartir su pasión y transmitir el entusiasmo por escritores que para muchas personas -volvemos a lo del azar- siguen siendo desconocidos.

La academia sueca, con sus escandalosas, aunque legítimas, omisiones, y su interpretación simplista de sus compromisos éticos, herederos a medias de la religión y de la mala conciencia por las manías pirotécnicas de su benefactor, no suele dar excesivas alegrías en ese terreno. Mucho autor secuestrado por guerrillas, mucho denunciante de la censura, mucho muñidor de causas nobles, todos ellos, sin duda, excelentes personas, pero pocas referencias de las que refuerzan la autoridad como prescriptor de libros. El Nobel, con sus aciertos y borrascas, nos dejan casi siempre frente al pastoreo premioso de la pasividad. O de la más estricta indiferencia. Hasta el punto de que es necesaria la sospecha de que bajo el nombre se oculta un leviatán para acudir como un gamo en celo – o a punto de estar en celo, lo que es aún peor y más aparatoso- a las librerías. Con Jon Fosse, del que confieso que no sabía nada, hubo un par de detalles inmediatos que invitaban a desfruncir el gesto de cejijunto; primero, que se trataba, al fin, de un autor suntuosamente literario, con obra amplia y en casi todos los géneros. Y, segundo, sus influencias confesas e impuestas, que aludían a Beckett, Bernhard o Lorca. Sin embargo, no fue hasta la publicación pocos días después de uno de sus poemas en la prensa española cuando comenzaron a traslucirse la magnitud y los vericuetos de su escritura. Al fin y al cabo, un autor versátil donde se bate directamente es en la poesía. Básicamente porque es un género que se escribe a hostias o con sangre o mejor ni se escribe.

A veces -pocas- basta con un único poema, que tiene mucha más fuerza que cualquier palabrería o intrincada biografía. Fosse, que es el dramaturgo más representado en Noruega después de Ibsen, pese a escribir en una variante de su más que recogida lengua, ha sido alcohólico, músico de rock, católico converso. Y se ufana, además, con más franqueza que humildad fingida, de llevar una vida aburrida y de escribir para escapar de sí mismo. Todo lo que no dice de sí -acaso lo que no se puede decir- es lo que insinuaba su poema, que me hizo barruntar como un acontecimiento privado la anunciada publicación de su poesía completa por parte de Sexto Piso, que una vez más se lleva el gato a la tostada convirtiendo al español en el primer idioma extranjero en traducir el corpus poético integral del autor. Después de leer varias de sus novelas -impagable la labor de De Conatus- la aparición del primero de los dos prometidos volúmenes, traducido por Cristina Gómez-Baggethun, demuda la premonición en una constatación que riela en varios y jugosísimos sentidos; Fosse es un escritor descomunal con una estética y unas intenciones incorregibles que empapan, con independencia del género, todos sus libros. Y con un centro de gravedad que se condensa en torno a su poesía. A un sentido performativo de la palabra -que es su principal personaje- a su música, a sus abismos.

La primera entrega de su obra poética, que recoge al completo sus tres poemarios iniciales, da la medida de la proeza que reviste a su literatura; una capacidad para construir imágenes desgarradoras a partir de elementos recurrentes y sencillos. Apenas un niño, un ángel, un perro, una ola, un cielo, la lluvia. La tonalidad cambiante del silencio, de la oscuridad, el vacío. Poema a poema, Fosse apuntala un universo propio en el que las ventanas se asoman a la belleza primaria y a la paradoja de la incomprensión, adentrándose en regiones metafísicas que resultan más complejas cuanto más engañosamente simples. Como buen lector de Heidegger, todo parece suceder en fenómenos mínimos. Si en ‘Mañana y tarde’, por citar algunas de sus novelas, consigue emocionar y contarlo todo -incluida la experiencia urbana, antitética, en principio a la soledad de los fiordos- a través de símbolos como la muerte y dos o tres fantasmas, en su escalada lírica el autor logra que el impacto se mueva entre el deslumbramiento y la conmoción. A veces emparentando a la americana (Padgett, Williams) con lo que está detrás de la apariencia, otras muchas haciendo de la sensación el objeto y viceversa. Y sin que toda esta profundidad nos desvíe de un sentido del humor agreste y exquisitamente melódico. Leer la poesía de Fosse es volver al tiempo, tan caro con la edad, de que un poeta te desnuque. Fosse es la poesía total, ultramoderna y antigua. Popular y compleja. Un misterio que, con las carreras editoriales, abre otro misterio en el oficio: saber si el autor ha escrito algo que no merezca el Nobel y que no nos absuelva, también como lectores viejos, de esa decepción continua que es la madre de todos los cinismos.

Jon Fosse En el furor del frío

Jon Fosse: Poesía completa / Sexto Piso

Poesía completa

  • Autor: Jon Fosse
  • Editorial: Sexto Pisos
  • Traducción: Cristina Gómez-Baggethun
  • Precio: 22,00 €