El próximo 11 de mayo se cumplen 75 años de los hechos conocidos como la `quema de conventos´ en Málaga. Los ataques a templos y edificios religiosos acabó de un plumazo con la mayoría del patrimonio religioso-artístico de nuestra ciudad. Con la perspectiva del tiempo, y evitando las influencias políticas del revisionismo interesado, es un momento propicio para recordar y analizar los diversos motivos que acabaron de manera irreversible con la memoria y la devoción de decenas de generaciones. Se anuncia un interesante libro del historiador y zamarrillero José Jiménez Guerrero, que seguro nos traerá una visión fresca y renovada, siempre con base documental, de aquellas jornadas y de los motivos de cómo todo se fue al traste con una virulencia tan inusitada. Incluso habría que ver la propia responsabilidad de cofrades de la época, que quizá no tuvieron una visión clara de que aquella tragedia podía ocurrir.

La historia posterior es más conocida. Como Ave Fénix, las hermandades surgieron de las cenizas apoyadas en un régimen político favorable y en el entusiasmo de una ciudad más procesionista que cofrade, dentro de una sociedad diezmada por la guerra y la miseria. Casi todo se perdió, ardió, fue robado o lo que es peor aún, profanado. Algunas advocaciones quedaron en el olvido, otras se recuperaron rápidamente y algunas vieron la luz en plena postguerra con una fuerza inusitada, como el Señor de Málaga, Jesús Cautivo.

Este 11 de mayo se ha querido hacer coincidir con la presentación en la Junta de Andalucía de la documentación necesaria para crear la asociación de Nuestro Padre Jesús de Llagas y Columna, habitual paso previo que actualmente se sigue para la creación de una hermandad de Pasión. El antiguo Cristo conocido como del Rayo se veneraba en la iglesia de Santiago y un grupo de jóvenes pero expertos cofrades, capitaneados por el fotógrafo malagueño Carlos Marfil, han apostado fuerte por recuperar la memoria histórica y sentimental de esta advocación en una capilla callejera que se abrirá en el populoso barrio de Miraflores de los Ángeles. La tarea es complicada en una zona sin referentes cofrades y con un párroco que no sintoniza (por decirlo de alguna forma) con estas manifestaciones populares. Enhorabuena por la iniciativa.