Las Unidades de Drogas de la Policía Nacional de Granada, Málaga e Irún (Guipúzcoa) han detenido a 13 personas de procedencia española y marroquí, integrantes de un grupo organizado que se dedicaba al tráfico de hachís. Todos tenían relaciones familiares y algunos de ellos utilizaban incluso a sus hijos, menores de edad, para el transporte de la sustancia estupefaciente. Once de los detenidos han ingresado en prisión.

La operación, denominada ´Gallo´, comenzó el pasado 9 de marzo en Motril. Allí, agentes de la Policía Local localizaron y desmantelaron un punto de venta de estupefacientes y detuvieron a tres personas a las que le intervinieron unos ocho kilogramos de hachís, 2.400 euros y otros efectos.

Los agentes intuyeron que detrás de ese punto de venta de droga había una organización más compleja por lo que las investigaciones continuaron abiertas. El 12 de mayo, funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía adscritos a la Unidad de Drogas de la comisaría de Grada detuvieron a otros tres implicados en el barrio de Almanjáyar, en la capital granadina, con la incautación de más de ocho kilogramos de hachís y 18.190 euros, así como otros efectos. La operación seguía abierta.

En garrafas de plástico. El pasado domingo 22 de junio policías nacionales de la comisaría de Torremolinos-Benalmádena arrestaron a otras cinco personas en este último municipio malagueño. Los sorprendieron intercambiando 110 kilogramos de hachís distribuidos en pequeñas dosis para su venta y ocultas en garrafas de plástico.

Paralelamente, en la localidad de Irún se detenía a otros dos integrantes del grupo delictivo, que obtenía las sustancias de Marruecos para su distribución en las provincias de Granada, Córdoba y Sevilla y su transporte al norte de Europa, principalmente a Bélgica, Holanda y Francia, aprovechando esta conexión para vender drogas sintéticas en España.

En total, la operación se ha saldado con trece detenciones y, por ahora, once de ellos han ingresado en prisión; se han intervenido 210.000 euros -tanto en los operativos policiales como en los registros domiciliarios y de locales de la banda-, diez vehículos de alta gama, balanzas de precisión, teléfonos móviles y otros efectos usados en la supuesta actividad ilícita; y se han incautado de 126,5 kilogramos de hachís que en el mercado ilícito habría alcanzado un valor cercano a los 564.000 euros.

Cinco de los detenidos utilizaban supuestamente a menores de edad, hijos de éstos, para el transporte de las sustancias estupefacientes desde sus domicilios o almacenes hasta los bazares de Córdoba, propiedad de los detenidos, desde donde se vendían para su posterior venta a consumidores y transacciones mas importantes a otros pequeños traficantes. La operación sigue abierta.