Un tesoro 'visual' tras la alicaída calle Tomás de Cózar

Con el paso de los años, el grado de insensibilidad de nuestros responsables urbanísticos se ha ido atemperando.

Aunque Málaga sigue siendo una ciudad agreste en lo que a sensibilidad patrimonial se refiere, hace tiempo que quedaron atrás tropelías de gran calado, quizás porque ya queda poco que eliminar y existe una mayor concienciación, incluso entre nuestros políticos.

La aniquilación del barrio obrero de La Pelusa, el ninguneo a las chimeneas industriales y el destierro de la marquesina de la estación de tren demostraron que se podía gestionar una ciudad y, al mismo tiempo, tener muy presente las enseñanzas formativas de Gengis Khan.

Con las debidas precauciones para una ciudad que comienza a preocuparse por su patrimonio y que incluso aspira a ser capital cultural de Europa, un servidor reconoce con alegría que las salvajadas urbanísticas disminuyen, que no es poco.

Continúan, eso sí, situaciones de ´k. o. técnico´ como la calle Tomás de Cózar, que sólo por motivos higiénicos ya debía haber recibido una cuadrilla de limpieza: el olor a excrementos en toda la calle, procedente de los solares, es insoportable.

El Ayuntamiento de Málaga recordó ayer a la plataforma vecinal que quiere salvar la calle Beatas, que prepara un plan de ´salvamento´ con dinero de la Unión Europea.

A lo mejor la ´salvación europea´ no llega a tiempo a la calle Tomás de Cózar, que hace un par de semanas perdió el número 33, un edificio con protección arquitectónica y próximo a la iglesia de Santiago, derribado por haber sido declarado en ruina a comienzos de año.

La demolición del edificio ha dejado al descubierto, al fondo del enorme solar, el precioso torreón de una casa también abandonada y ruinosa. Del mismo estilo que la torre del siglo XVII que presidirá la nueva placita de la calle Granada, los curiosos que se adentren un poco por esta castigada calle podrán admirar esta bonita construcción sin perderse un detalle.

Un consejo: para la excursión arquitectónica lleven mascarilla o tápense la nariz porque el aroma que se respira es el que dejaría una convención de tigres.

Completita

Ω Una de las plazas más acogedoras de Málaga es la que preside la barriada del Carmen y lleva el nombre de plaza de Nuestra Señora del Carmen, en el cruce de Ortega y Gasset con la avenida de Juan XXIII.

A la plaza no le falta un detalle: buena sombra con jacarandas y ficus, parque infantil y gimnasio para mayores.