Mañana será uno de los días más importantes en la vida de Agustín del Castillo Cambló. Y no porque lo haya buscado. Más bien, se lo ha encontrado, por sorpresa. Aunque asumió el reto con responsabilidad y malagueñismo. Mañana, a las 19.30 horas, se subirá a las tablas del Cervantes para pregonar la Semana Santa. Llevará una corbata que le ha regalado una prima, y que aún no sabe cómo es, y la medalla de su hermandad de los Gitanos, junto al corazón.

–¿Cómo se siente el pregonero en las vísperas de pronunciar el pregón de la Semana Santa de Málaga?

–Ahora mismo estoy un poco intranquilo, la verdad. No quiero decir que nervioso, pero creo que a estas alturas todo va a depender de la inspiración con la que me encuentre el sábado sobre las tablas del Cervantes. Creo que el estado de ánimo juega un papel determinante, incluso, a la hora de vocalizar, lo que puede hacer que el pregón sea más o menos ágil.

–¿Cuándo puso el punto final a su texto?

–El pregón lo terminé a final de noviembre, aunque definitivamente lo entregué en enero. No obstante, después han ocurrido algunas cosas que he querido incluir en el texto.

–¿Se refiere a la polémica tras la prohibición en los Dolores de que salgan mujeres llevando el trono?

–Ya lo sabrá el sábado.

–¿Cree que la suerte está echada? ¿Que lo escrito, escrito está, usando un giro lingüístico más bíblico?

–Cada vez que lo he leído, y han sido muchas veces, aunque no he conseguido aprendérmelo de memoria, me han entrado ganas de cambiarlo. Pero eso no puede ser, porque no habría terminado nunca.

–¿Lo ha podido ensayar?

–Varias veces.

–¿Y ha medido su duración?

–No es largo. Una vez dije algo muy cursi: Durará tanto como quieran los malagueños con sus aplausos. Reconozco que fue una broma.

–¿No busca entonces el aplauso del público?

–Claro que me gustaría que me aplaudieran. Pero lo que más me preocupa es saber transmitir al auditorio todos mis sentimientos, todas mis emociones. Si el público logra emocionarse como yo lo he hecho, creo que mi trabajo habrá sido bueno. Pero yo pediría los aplausos para otros, para los que hacen día a día la Semana Santa, desde el más absoluto anonimato, además.

–¿A quién va dirigido su pregón?

–Va dirigido a los malagueños y a los no malagueños. A los que creen en Dios y a los que no creen en Él.

–¿También a los que le dan la espalda a la Semana Santa y no sienten respeto por ella?

–Claro, no concebiría el pregón de otra forma. ¿Para qué se hace entonces?

–¿Qué mensaje confía que capten los malagueños? ¿Con cuál se quedaría usted?

–Que Málaga es una maravilla, pero lo es más con su Semana Santa.

–¿Cómo ha vivido estos meses? ¿Se le han pasado rápido?

–He vivido muy emocionado e ilusionado, conociendo a personas que, quizás de otro modo, nunca hubiera conocido en mi vida. Creo que esto es realmente un premio. Y te marca para lo bueno y para lo malo.

–Actuará la banda municipal de Málaga en la primera parte del acto. ¿Ha elegido usted las marchas?

–Desde la portada, que me ha hecho Leonardo Fernández, hasta la última coma del pregón es de Agustín del Castillo. Y también he elegido las marchas que integran el repertorio de la Municipal: 'España Llora', 'Hombre de trono' y la 'Marcha Fúnebre', de Chopin.