La homeopatía es un método terapéutico desarrollado por Samuel Hahnemann, médico alemán de principios del siglo XIX, que restablece la salud mediante la administración de medicamentos homeopáticos, seleccionados individualmente según la ley terapéutica de los semejantes. Es la medicina filosófica y su eficacia está avalada por más de 200 años de experiencia clínica. Pero en España aún no está incluida en el sistema público de salud. En la provincia de Málaga, según el Colegio de Médicos, pasan consulta un centenar de homeópatas, aunque trabajan en el sector privado.

Esta circunstancia, sin duda, es clave para que la homeopatía no esté tan desarrollada en España como en otros países, como en Francia, que sin duda es la punta de lanza europea. Así lo cree Adela Esteve, doctora especialista en tratamientos homeopáticos y vocal de Medicina Alternativa del Colegio de Médicos.

La homeopatía se rige por el principio de semejanza, que establece que una sustancia capaz de producir una determinada sintomatología (al experimentarla en individuos sanos) es también capaz de curarla en los enfermos, administrándola en dosis mínimas. "El tratamiento homeopático está indicado en general para cualquier enfermedad y en cualquier época de la vida, ya como tratamiento exclusivo o como complemento de otras terapéuticas", explica Esteve, que por norma nunca anula los tratamientos convencionales que ya toman los pacientes que llegan a su consulta.

Se administra tanto para dolencias agudas como crónicas e incluso para prevenir su aparición. "Alergias, estrés, ansiedad, problemas digestivos...", enumera.

¿Quién recurre a la homeopatía? "Principalmente los enfermos que se sienten desencantados con la medicina tradicional", admite esta facultativa, aunque son cada vez más los jóvenes que la eligen como primera opción para abordar sus dolencias. "En la provincia son sobre todo extranjeros, mucho más acostumbrados a estos tratamientos", explica.

El objetivo del tratamiento homeopático es conseguir la curación global del paciente (no sólo de su enfermedad), mediante la estimulación del proceso natural propio de cada persona.

Otro inconveniente de la homeopatía frente a la medicina convencional es que no se estudia en la carrera. En la Universidad de Málaga ni siquiera se le dedica una asignatura. "Un médico está obligado a aprender durante toda la vida, pero sería importante que en la facultad se pudiera estudiar esta especialidad. Desde hace unos años existe un máster en la Universidad de Sevilla sobre homeopatía", añade Adela Esteve. "También se puede estudiar en Madrid o en Zaragoza, aunque siempre hablamos de títulos de postgrado", informa Enrique López de Vinuesa, vocal del Colegio de Farmacéuticos de la provincia, especialista también en productos homeopáticos.

En Málaga, dos de cada tres oficinas de farmacia venden estos fármacos. "Si no se venden más es por razones comerciales, porque no existe demanda, ya que aún no son productos muy conocidos", incide, y coincide a la hora de exponer las razonas: que sólo se prescriben en la consulta particular del médico, a diferencia de otros países de la UE. "Ni siquiera estamos en los libros de médicos de los igualatorios o los seguros privados", revela Esteve.

Ambos están convencidos de la validez de la homeopatía y de las ventajas que ofrece al paciente. "Son medicamentos que se administran en dosis mínimas y no tienen efectos secundarios", insisten. "Lo ideal sería hacer compatibles la medicina convencional y la homeopatía".