Las meretrices que habitualmente acuden al polígono Guadalhorce para ofrecer y prestar sus servicios no faltaron ayer a su cita. A pesar de que el mismo día entraba en vigor la Ordenanza para la Garantía de la Convivencia Ciudadana y la Protección del Espacio Urbano que prohíbe el ejercicio y la demanda de la prostitución en la vía pública, un nutrido número de mujeres acudieron a las calles con más movimiento de la zona industrial de la capital. Muchas de ellas lo hacían sin conocer la ordenanza y sin saber que en apenas una semana podrán ser multadas, al igual que sus clientes. Concretamente, cuando el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publique el régimen sancionador que ya ha aportado el Ayuntamiento de Málaga. Ese desconocimiento lo demostraban Mónica y Eva, de 22 y 25 años, respectivamente, quienes no dieron mucho crédito a la información que les aportó este periódico. «No sé nada, pero no me importa. Yo seguiré aquí porque no tengo otro sitio en el que trabajar», dijo la primera.

Dudas

El escepticismo también se contagiaba entre los empresarios y los trabajadores del polígono consultados por este periódico. Si bien reciben con agrado a la entrada en vigor de la ordenanza, dudan de la eficacia de la misma. Es el caso de Antonio, propietario de un conocido restaurante de la calle Castelao, una de las vías con más presencia de meretrices.

Para evitar malentendidos, el Ayuntamiento de Málaga tiene previsto poner en marcha una campaña que incluye 50.000 trípticos en los autobuses urbanos y entre asociaciones, 150 carteles en los autobuses municipales y la publicación de un millar de libros con la ordenanza para su distribución entre diversos departamentos municipales y colectivos.