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Cambio de tiempo

Astenia: la otra cara del otoño

Respetar las horas de sueño, el ejercicio físico moderado y una dieta sana y equilibrada ayudan a prevenirla

Llega el otoño y con él, el descenso de las temperaturas, la lluvia, los cambios horarios, la disminución de las horas de luz y aparecen síntomas muy comunes como son el cansancio, el sueño o la sensación de día interminable. Lo primero que se piensa al sentirse así es que tiene mucho más trabajo de la cuenta, que está comiendo mal o que duerme poco. Pero si los síntomas no desaparecen, puede que se trate de la astenia otoñal. En la mayoría de los casos no es bueno preocuparse en exceso por esta situación ya que sólo dura unos días, los justos para que el organismo se adapte al cambio, pero si las fuerzas siguen flaqueando, se debe acudir al médico. Y es que algunas personas tienen una mala adaptación a los cambios estacionales, que se manifiesta como un desorden biológico que suele durar unos pocos días o semanas. Pero, no sólo los factores ambientales influyen, sino también los psicológicos como la vuelta al trabajo, una agenda que se hace más estricta y plantearse un largo y nuevo curso por delante.

La astenia otoñal es menos conocida que su equivalente primaveral, sin embargo, cada vez más personas presentan este trastorno, que puede verse agravado por factores propios del ritmo de vida actual, como el estrés laboral o el descuido de una alimentación correcta. De hecho, una de cada cinco consultas ambulatorias médicas suele ser por astenia, según indica Jose Antonio Camacho, psicólogo de Xanit Hospital Internacional, ubicado en Benalmádena.

Los síntomas que presenta son tanto físicos como psíquicos e incluyen cansancio, debilidad generalizada, somnolencia, bajo estado de ánimo, dificultad de concentración y apatía. También pueden aparecer irritabilidad, falta de apetito, disminución de la libido e incluso un descenso de las defensas del organismo, que lo hace más sensible a procesos infecciosos. Además, según el doctor Camacho, el 20% de las astenias suelen tener como causa asociada la depresión. Así, el hecho de padecer astenia, fatiga o falta de energía es un criterio para diagnosticar la depresión, de ahí la importancia de acudir al médico. Además, es muy importante probar varias soluciones antes de comenzar a tomar cualquier medicamento. En el caso de las mujeres, por ejemplo, se debe controlar que no exista una anemia ferropénica, que sus síntomas de debilidad, pérdida de cabello y baja forma física, coinciden con la flojera del principio del otoño y la primavera. Una vez descartada la anemia con una analítica común, se pueden usar otros remedios para activar el cuerpo, como practicar más ejercicio. Esto suele producir un efecto de estimulación de la actividad general y mantiene a raya la ansiedad. También una dieta sana y equilibrada, así como dormir y descansar bien, ayudan a combatir la astenia.

No obstante, para los casos más complicados en los que se acude al médico, el doctor Camacho explica que el tratamiento suele ser, sobre todo, farmacológico y a base de antidepresivos, aunque también existen algunos remedios vitamínicos y tratamientos homeopáticos. Actualmente se pueden obtener en farmacias diversos complementos de vitaminas y aminoácidos que ayudan a sobrellevar los síntomas de la astenia, aunque es imprescindible que, antes de adquirir cualquiera de estos productos, se consulte al farmacéutico sobre sus propiedades y sus efectos. «A nivel psicoterapéutico, lo que se suele recomendar es valorar las causas que creemos que están detrás y reducir los niveles de estrés. Además, aunque no se ha demostrado que el reposo mejore la astenia, nosotros lo recomendamos», indica Camacho.

Pese a que existen tratamientos y suele durar unos días o semanas, también es posible prevenir la aparición de la astenia. Para ellos solo es necesario mantener unos hábitos de vida saludables respetando los patrones de sueño, aprovechando las horas de luz natural para salir a pasear, realizando actividades que nos animen y estimulen, y eliminando sustancias excitantes para el sistema nervioso como la teína, cafeína y tóxicos como el alcohol y el tabaco, además de manteniendo una dieta sana, variada y equilibrada para evitar la deficiencia nutricional.

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