Tras suspenderse el viernes anterior por la mala previsión meteorológica, la Fiesta de la Primavera volvió a celebrarse ayer en Málaga con un macrobotellón que concentró a miles de jóvenes en las inmediaciones del Auditorio de Málaga, en el Cortijo de Torres. Oficialmente, el Ayuntamiento de Málaga calculó la presencia de más de 3.000 jóvenes, aunque otras fuentes hablaron de entre 6.000 y 9.000 personas concentradas para celebrar una de las fiestas más esperadas por universitarios y preuniversitarios. La Policía Nacional no calculó la asistencia al considerar que el evento no fue lo suficientemente relevante, según comunicó la Subdelegación del Gobierno a este periódico. Por su parte, el concejal de Seguridad en el Ayuntamiento de Málaga, Julio Andrade, prefirió trasladarse a la zona para coordinar el operativo.

De nada sirvieron las advertencias municipales de las dos últimas semanas sobre las multas que implicarían consumir alcohol en la vía pública o la denuncia que se había realizado sobre la joven a la que la Policía Local de Málaga identificó como presunta organizadora del evento. Los asistentes comenzaron a llegar desde prácticamente las 16.00 horas de la tarde, cuando empezaron a desfilar tímidamente ante el dispositivo de agentes de la Policía Nacional que, como marcan sus competencias, se encargan de controlar el perímetro de la zona elegida por los jóvenes para pasar la tardenoche del viernes. Protección Civil y los servicios sanitarios también acudieron al evento tras comprobarse que la asistencia era masiva. Según fuentes de la Policía Local, la eclosión se produjo poco antes de las 18.00 horas, cuando una auténtica marea humana echó por tierra el efecto disuasorio de los cuerpos policiales. Eso sí, los efectivos de la Policía Local retiraron desde el principio a los jóvenes las botellas de alcohol conforme llegaban al recinto en sus vehículos o en los autobuses de línea. «Es una medida de impacto. Los agentes están actuando en cuanto los chicos descienden de los autobuses», explicó el concejal de Seguridad, que a las 18.30 horas calculaba que ya la asistencia de más de 3.000 jóvenes y la retirada de alrededor de 600 botellas que se fueron almacenando en varios vehículos. Horas después alcanzaron el millar de botellas retiradas.

Cuando los jóvenes aún no llevaban mucho tiempo en el recinto y no paraban de llegar, el Área de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga contaba con 60 agentes de hasta tres unidades policiales trabajando en la zona. Andrade se refirió al Grupo Operativo de Apoyo (GOA), a la Unidad Canina y a la Caballería de la Policía Local de Málaga, quienes se repartieron las tareas relativas al tráfico, la prevención y la retirada de las botellas.