Ayer se despejó algo uno de los tres problemas más importantes que tiene la urbanización Jardín de la Abadía, una de las más grandes de la Carretera de Cádiz. La Opinión informó de la solución que el Ayuntamiento quiere dar a finales de año o el año que viene para evitar la proliferación de vagabundos y destrozos en el Parque Huelin: lo va a vallar e incluirá mejoras, algunas de ellas a propuesta de los vecinos.

Pero la asociación de vecinos del barrio, Parque del Mar, tiene otros dos problemas delante y uno de ellos afecta a la repercusión del barrio fuera de su entorno. Como ya informó este diario, Parque del Mar se une a la reivindicación de otras asociaciones de la zona para que la actual estación de metro Princesa, en Héroe de Sostoa y que tiene en línea recta el mercado de Huelin, lleve el nombre del barrio de Huelin, una ausencia que el presidente vecinal, Sebastián Acedo, considera inexplicable e imperdonable.

«Lo del nombre (La Princesa) no se sostiene, nos dijeron que había sido por consenso y es mentira. Si realmente quieres un consenso haz una reunión con los vecinos. Aquí todas las asociaciones decimos que no es lógico y un barrio como Huelin, con un parque, con un barrio obrero antiguo no lo ponen», lamenta Sebastián Acedo, que critica a la Junta de Andalucía porque, «para unas cosas somos muy demócratas y para otras vale para lo que yo digo, no es lógico vender que estamos en democracia y luego no tener en cuenta a los vecinos».

El presidente recuerda que la Junta les ha informado de que el cambio de nombre supondría un coste de entre 50.000 a 60.000 euros, un coste que la asociación considera asumible. «No vamos a ceder, el barrio está en plena evolución económica, con el mercado, el parque, las playas y no hacer referencia a eso...». La asociación tampoco está de acuerdo con que la parada anterior lleve el nombre de La Isla. «Eso sólo lo conocemos los ferroviarios», apunta el dirigente vecinal Antonio Pérez. Parque del Mar propone que la estación lleve el nombre de La Isla-Abadía.

Demasiada suciedad. La segunda reivindicación vecinal es que el barrio se limpie con más frecuencia. Las quejas por suciedad en cantidades preocupantes son muchas, como expone Rafael, propietario de un negocio en la esquina de la calle Río Rocío con Carmen de Burgos. «Aquí llevan diez año sin limpiar. Una vez he visto una manguera y se quedó en esta esquina», cuenta, mientras recuerda que «el Ayuntamiento considera que me debe cobrar 3.800 euros cada seis meses, como la calle Larios, porque antes no tenía ese precio, pero de limpiar, nada».

Las principales quejas se centran en que la mayoría de las aceras del barrio están negras por las jacarandas y, sin embargo, la limpieza ha sufrido un retroceso, a juicio de los vecinos. «Empeora desde hace casi más de un año», comenta Sebastián Acedo, quien paseando por la calle Goya muestra la basura bajo los coches, «alguna podrida y sin retirar» y las aceras en las que el calzado se queda pegado.

La asociación de vecinos argumenta que el barrio ha cambiado y tiene más vida, hay más comercios, un centro de salud, un gimnasio importante, más trasiego de personas, incluida Echeverría de Huelin y sin embargo, la limpieza sigue siendo la misma.

El concejal de la Carretera de Cádiz y Medio Ambiente, Raúl Jiménez, respondió que el Ayuntamiento estudia quitar las jacarandas de la calle Orfila y adaptar «los árboles a la ciudad porque no todos son adecuados», no solo por suciedad, sino por los accidentes que pueden provocar, aparte de que «aunque hay un plan fuerte de baldeo, a la semana está la acera otra vez negra por los árboles».