No suenan a pepitas de oro ni a puestas de sol maniobrando entre las palmeras. Tampoco a animales salvajes. Ni a pájaros de colores. Son referencias, en su mayoría, poco exóticas y bastante conocidas, pero que en términos turísticos están llamadas a convertirse en el equivalente a la tierra prometida para los antiguos exploradores. Aunque con la dirección ligeramente cambiada, o más bien a la inversa, como fuente inagotable de turistas para un destino, la Costa del Sol, obligado a no perder de vista ninguno de sus movimientos.

La estabilidad de la industria en Andalucía, tradicionalmente dependiente de la voluntad de españoles y británicos, depende cada vez más de los llamados países emergentes. Nuevos mercados como Rusia, que forman parte ya para la Junta del grupo de naciones que recibirán en los próximos años una atención preferente.

Los retos, sin embargo, son múltiples. El destino está en buena situación de partida, pero necesita acotar y perfeccionar su ofensiva para explotar el potencial que se abre en muchos de estos territorios. Entre ellos, Alemania, que, pese a su irreprochable fortaleza, tiene un gran margen de crecimiento en Andalucía -la comunidad es solo la cuarta región española más frecuentada por los alemanes-.

Con Rusia, y a pesar de los indudables saltos de las últimas temporadas, también está todo por hacer. Especialmente, si se considera que la cuota de mercado andaluza es muy baja -del 4,4 por cien-.

Otras naciones de especial interés para el desarrollo del sector son aquellas en las que España figura como primera opción para viajar el extranjero. Es el caso, según el informe técnico del plan director, de un grupo de países en el que destacan mercados especialmente jugosos por su capacidad de gasto como los suecos, daneses, noruegos, italianos y portugueses. Entre los franceses, que también sitúan al país al frente de sus predilecciones, Andalucía es, además, la segunda comunidad con mejor predicamento.

Las oportunidades turísticas para la provincia se sitúan igualmente en mercados no tan prioritarios, pero con capacidad, por la naturaleza de su demanda, para romper con la caída de la actividad turística que se produce en invierno. En este sentido, destacan emisores como Brasil, que manifiesta una gran querencia por el turismo cultural y de ciudad, pero también India o China, que gustan de destinos con conexión geográfica con Málaga como Granada o África.