Ana tenía una melena larga envidiable. Era, posiblemente, la parte del cuerpo que más le gustaba. Pero un cáncer de mama frustró su presente y tuvo que virar su vida para hacer frente a la enfermedad. Se confiesa coqueta, por lo que al buscar por internet supo de las posibilidades de hacer pelucas son pelo propio. En la AECC la pusieron en contacto con Mechones Solidarios, que le hizo una cinta de pelo suyo, que mantenía el largo, para ponérselo con gorras y sombreros. Se sigue sintiendo guapa, y aunque admite que hay días peores, su aspecto no ha variado, lo que le ayuda a afrontar la enfermedad. «En realidad esto no es para tanto. Lo mal que se pasa no es por el cáncer, sino por el tratamiento, la quimio», añade. Por eso, anima a las mujeres que pasan por una situación similar a plantarle cara y evitar un daño psicológico cada vez que se miren al espejo. «Esto tiene fecha de fin», dice optimista.

La situación de Pepi, de 31 años, era distinta. Padece alopecia desde los 4 años y hasta los 13 no tuvo su primera peluca. «Lo pasé fatal de niña», recuerda. Siempre lo ha ocultado ante los desconocidos.

Esta mujer, con escasos recursos económicos, accedió a una peluca de pelo natural de Mechones Solidarios que le ha cambiado la vida. El Ayuntamiento de su pueblo, Mairena de Aljarafe, donó 200 euros. Su padre le pagó los 50 restantes. «Mi hija tiene tres años y siempre me dice: mami, ponte los pelos».