He aquí a un héroe olvidado. Un campesino del Valle de Abdalajís que tomó parte en una gesta bélica que fue reconocida por los propios enemigos. Juan Chamizo García fue uno de los últimos de Filipinas, el medio centenar largo de hombres que resistió un terrible asedio de 337 días entre junio de 1898 y junio de 1899 en la iglesia de Baler, una localidad costera de Filipinas en la isla de Luzón. Enfrente, entre 800 y 1.500 soldados filipinos que peleaban por la independencia de la colonia española. Entre muertos en combate, fusilados por deserción y desertores, al final quedaron 33 soldados españoles, uno de ellos Juan Chamizo, popularizado gracias a la película rodada en Málaga Los últimos de Filipinas, en la que su papel fue interpretado por Fernando Rey. La película, por cierto, le inventa un romance con una tagala.

Gracias al doctor en Historia, el malagueño Juan Antonio Martín Ruiz, investigador de este episodio de la Historia de España y que incluso ha publicado el desconocido diario de uno de los combatientes, Ramón Buades, podemos conocer más datos sobre Juan Chamizo. Para empezar, su apellido materno era García y no Lucas, como consta en su expediente militar.

Era un labrador nacido en 1876 en el Valle de Abdalajís,y era conocido como el bizco Chamizo por su estrabismo. En un principio se alista como voluntario a los 21 años para combatir a los cubanos pero terminó siendo enviado a Filipinas. Tras unos meses en Manila, en febrero de 1898 es destinado a Baler para reemplazar a las tropas españolas.

El sitio de Baler empieza el 28 de junio. 55 soldados españoles se hicieron fuertes en la iglesia del pueblo, dedicada a San Luis de Tolosa. El investigador Juan Antonio Martín Ruiz resalta que en septiembre de ese año fue herido en combate y que en noviembre, participó en una valiente salida con las tropas. El teniente Saturnino Martín Cerezo cuenta de esa salida que «un soldado, cuyo nombre merece colocarse bien alto, Juan Chamizo Lucas -en realidad García-, venció esta dificultad».

Además, se convirtió en hombre de confianza de los tenientes Martín Cerezo y el teniente médico Vigil de Quiñones ya que contaban con él para que saliera de la iglesia en cuanto avistara un navío español para nadar hacia él, algo que no se produjo.

Poco después, en diciembre de 1898, España firmó la paz con Estados Unidos, pero los españoles sitiados se negaron a aceptar la verdad de los hechos y aguantaron seis meses más, hasta el 2 de junio de 1899. En ese día, los soldados hojearon unos periódicos dejados por un enviado español y quedaron convencidos de la rendición de España.

El presidente de la independiente Filipinas, Emilio Aguinaldo, los trató con todos los honores y fueron agasajados al llegar a Manila. Al llegar a Barcelona en septiembre sólo fueron recibidos por un centenar de personas mientras que nadie les esperó en Madrid.

Los últimos de Filipinas recibieron unas pensiones vitalicias que fueron aumentadas con el tiempo y los soldados, dos cruces de plata del mérito militar con distintivo rojo.

El historiador malagueño cuenta que Juan Chamizo las llevaba con asiduidad al regresar a su pueblo. Así, en una ocasión se negó a levantarse ante un teniente de la Guardia Civil que entraba en un bar del Valle y mostró las medallas para justificar su postura.

Del soldado malagueño se sabe que trabajó de jornalero en el Cortijo del Castillón, en Antequera y que recibió un centenar de cabras de la mejor calidad. Dos teorías explican este regalo: una concesión del rey Alfonso XIII durante una visita a la provincia y el fruto de unas gestiones del teniente Martín Cerezo. El historiador malagueño se inclina por el regalo regio, pues Alfonso XIII concedió favores a otros supervivientes del asedio de Baler.

En el Valle Juan Chamizo tuvo fama de alocado y bebedor pero permaneció poco porque en 1901 consta que vivía en Málaga. Se casó con Ana Muñoz Martín y tuvo cinco hijos. Los dos varones murieron en la Guerra Civil.

El exsoldado malagueño murió a los 51 años de cáncer en la calle del Viso de la capital. Cuenta con una calle en su pueblo y otra en Málaga, en Ciudad Jardín, aunque no aparece con sus apellidos correctos: calle Juan Chamizo Lucas.