­Malos tratos, atentado contra agente de la autoridad, resistencia y desobediencia y robo con fuerza. Este es el historial delictivo que acumulaba Stefan Reinert, detenido el miércoles por la tarde tras matar de una puñalada a un policía nacional.

Los problemas entre este indigente alemán y la justicia vienen de largo y eso explicaría la agresividad de Stefan, que apuñaló al policía sin mediar palabra cuando iba a identificarle. De hecho, la última detención fue este mes de mayo, debido a una reclamación judicial.

Los numerosos antecedentes que pesaban sobre él habían llevado a advertir, en el cartel con su foto que había en la comisaría, sobre su peligrosidad. En éste se explica que se trata de un indigente alemán que se mueve por la zona de la calle Frigiliana, padece problemas psiquiátricos y es bastante violento. La nota detallaba que agredió a un policía local y recomendaba extremar la precaución.

Precisamente la agresión a un agente de la Policía Local es el último incidente grave que había protagonizado este mendigo hasta el pasado miércoles. Ese suceso ocurrió el pasado 6 de marzo por la tarde, cuando comenzó a discutir con otro hombre, al que amenazó con un cuchillo de grandes dimensiones y comenzó a perseguirlo. Afortunadamente, la víctima logró evitarlo y zafarse del ataque.

En ese momento llegaron agentes de la Policía Local y Stefan golpeó súbitamente con el puño en la cara a uno de ellos, aprovechando que se encontraba bajándose de su moto y tirando al policía al suelo.

Los policías locales procedieron a reducirlo, colaborando con ellos dos agentes de otros cuerpos policiales que se encontraban fuera de servicio, ya que el individuo se mostraba sumamente agresivo.

Detención en 2011

A este incidente hay que sumar otro encontronazo con la agentes policiales. En este caso fue en octubre de 2011, cuando se resistió a la detención tras golpear a su pareja sentimental en la calle Pacífico.

Dos agentes de la Policía Nacional se identificaron y Stefan «lanzó un golpe con una botella en la mano» a un agente, que lo pudo esquivar y lo detuvo. No obstante, se resistió con «una fuerte y tenaz oposición», hasta el punto de causar lesiones al policía.

Por esto se le condenó por un delito de atentado a los agentes a la autoridad y una falta de lesiones, imponiéndole una pena de un año de prisión y multa de un mes a seis euros diarios, sumando un total de 180 euros. La sentencia, de octubre de 2012, fue recurrida, pero la Audiencia de Málaga confirmó íntegramente la resolución en enero de 2013.