Ad Caeli Reginam, firmada por el Sumo Pontífice Pío XII, es un documento mariano de hondo sentir, que sitúa a la Virgen en el lugar que le corresponde en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Esta Carta Encíclica es una ayuda impagable para alcanzar un conocimiento más profundo y extenso de la misión de Santa María en la historia de la Salvación. De alguna manera, recogía la herencia de la tradición católica, que señala a la Virgen como Reina y no ha dudado en proclamar el regio estado de la Madre de Cristo a lo largo de la historia. La cofradía de las Penas asume en sus reglas estos votos y se consagra en su defensa, hasta el punto de que ha dedicado su sede canónica a esta verdad fundamental de fe. La culminación de la decoración pictórica de su oratorio lo refrenda.

El artista malagueño Raúl Berzosa ha tardado justo un año en concluir la pintura de la bóveda, situada a diez metros de altura. Todo un reto, técnico, físico, postural y psicológico, con el mejor de los resultados posibles. Es la última fase y fue inaugurada y bendecida en el día de ayer, durante un acto que fue dirigido por el fraile Juan Dobado, carmelita descalzo, prior de los Conventos de San José (San Cayetano) de Córdoba y del Santo Ángel de Sevilla.

Son más de 140 metros cuadrados para representar la coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad, con pintura acrílica, rodeada de un cortejo celestial de ángeles y arcángeles, que tocan instrumentos musicales y portan guirnaldas y filacterias. Un conjunto con luz propia.

El hermano mayor de la corporación, Francisco Calderón, muestra su satisfacción ante «esta nueva meta alcanzada» y que pone al servicio no sólo de la cofradía de las Penas o de la Semana Santa, sino de toda la ciudad de Málaga. «Estos encargos son muy poco usuales hasta para las cofradías», admite.

En efecto, de los pinceles de Berzosa han salido todos los lienzos que componen la decoración del oratorio, bendecido el 1 de noviembre de 2008 por el administrador apostólico de la diócesis Antonio Dorado. «En el templo se encuentra toda la evolución de la pintura de Berzosa», resume Calderón.

Entonces el pintor ya había iniciado el discurso iconográfico de la capilla. Primero fue el altar, tanto la bóveda del presbiterio como el frontal del oratorio. Después fueron los cinco cuadros de los Triunfos, que cuelgan de las paredes laterales (los triunfos de la Eucaristía sobre la Idolatría, la Iglesia sobre el Pecado, la Caridad sobre la Avaricia, el Catolicismo sobre las Herejías y la Cruz sobre la Muerte). Más adelante el bajo coro y ahora ha sido el techo, inabarcable para el ojo humano. Necesita ser observado y estudiado por fragmentos.

Y en ellos destacan también seis figuras fundamentales que a lo largo de la historia se han relacionado o defendido la condición de María, como Reina: el ya mencionado Papa Pío XII, el profeta Isaías, San Juan Evangelista, San Jerónimo, el Rey David y Juan Pablo II. Todos aparecen sobre podios que llevan alojados su nombre en la base, en latín. Estos personajes se encuentran entre los lunetos en el arranque de la bóveda y cda uno de ellos contiene un óvalo con letanías alusivas también a la Realeza de la Santísima Virgen.

Berzosa dota a su gran obra de una vibrante luminosidad y de profundidad y perspectiva, superando las limitaciones que imponen las dos dimensiones.

Los hermanos de la corporación han sido los primeros en poder admirar la obra, ya que durante los días anteriores se organizaron visitas. Ayer fue la presentación oficial, con la presencia de autoridades y cofrades. Por este motivo, la hermandad ha editado una completa guía de 12 páginas explicando toda la composición.

Pero el oratorio de las Penas aún no está terminado. La cofradía está dispuesta a iniciar cuanto antes los trabajos para completarlo. Aún faltarían los zócalos del interior, para lo que se empleará azulejería artística en tonos azules y con algún color ocre. Y por supuesto el retablo, aunque la corporación ya cuenta con el sagrario, que lo considera la primera fase de esta obra que va a acometer el tallista Manuel Toledano, que tiene previsto introducir modificaciones en el diseño primitivo para facilitar los traslados del Crucificado de la Agonía cuando tenga que abandonar el altar mayor.

La cofradía, del mismo modo, ha querido hacer coincidir la inauguración de la decoración con el cincuentenario de la bendición de la imagen de la Virgen de las Penas, obra de Antonio Eslava Rubio.